Ganó el GP de Azerbaiyán por delante de Checo Pérez y Red Bull se escapa tras doble abandono de Leclerc y Sainz con el Ferrari. Alonso, 7º en Bakú
Por Jesús Balseiro
Una cosa es ser competitivo y otra ganar, dijo Binotto hace unas semanas, y no pudo andar más certero: debacle absoluta de Ferrari en el GP de Azerbaiyán. La cuarta posición de Carlos Sainz se fue por el retrete que desemboca en el mar Caspio por un “fallo hidráulico”, dice la escudería, cuando apenas se habían completado diez vueltas. Eso ya debía ser incómodo para el muro, pero Leclerc iba primero, que es lo que más les preocupa. Fue en la vuelta 29 cuando el F1-75 número ‘16′ expulsó la fumata blanca en plena recta y se fue directo al ‘pit-lane’, arrastrándose como podía, con un motor que posiblemente se destine al reciclaje. Al otro lado, Red Bull arrasó con un doblete de Verstappen y Pérez, primero y segundo, que desequilibra los Mundiales de pilotos y constructores hasta el punto de que aquel gran Ferrari que impresionó en invierno parece, hoy, una jugarreta de la mala memoria.
Salió bien Checo, cazó a Leclerc en la arrancada a pesar de que la primera frenada estaba a escasos metros de los semáforos. Verstappen hubiera podido asomarse, pero su propio compañero le cerró el paso. Detrás, Sainz defendía el cuarto delante de Russell y les dejaba marchar para cuidar las gomas. Había que ir más largo, solo así podía aspirar al podio. Pero el hombre propone y la mecánica dispone: Carlos aparcó el coche en la escapatoria de la curva siete con problemas y se marchó al garaje. Tercer ‘cero’ de la temporada que le condena al quinto en la clasificación. El primero fue su culpa (Australia); el segundo, de Ricciardo. El tercero, de Ferrari.
Leclerc aprovechó el coche de seguridad virtual para parar, los dos Red Bull aguantaron. Verstappen adelantó a Checo impulsado por la potencia de Honda y las órdenes de equipo, y para cuando cambiaron ambos sus neumáticos, salieron inevitablemente detrás de Charles, a unos diez segundos, pero con tiempo de sobra para cazarle. No hizo falta, la unidad de potencia se rompió. Segundo abandono en las últimas tres carreras para él, en Barcelona también iba líder y también le dejó solo el motor. Tercera pole consecutiva que no convierte. Solo el abandono de Magnussen (otro motor Ferrari, igual que Zhou) alteraría después la paz del grupo con un segundo ‘VSC’ que permitió a unos cuantos efectuar sus primeras o segundas paradas. Delante, la nada: Verstappen y Pérez consagraron el tercer doblete de Red Bull en 2022 y el mexicano ya es el segundo clasificado del Mundial por delante de Leclerc.
Remontada al séptimo de Alonso
Detrás, Russell firmó el tercer podio del año con cierta consistencia por delante de Hamilton, perjudicado por la estrategia, y un Gasly siempre peleón en este circuito. Faltó Tsunoda, que estuvo bien hasta que se le rompió el alerón trasero. Tras ellos, Vettel y Alonso. El asturiano remontó, salió décimo y llegó a rodar quinto antes de su parada, algo temprana. Salió del pit 15º y tuvo que adelantar a unos cuantos en ese incómodo tren. Bottas, Stroll, Ocon… ganó plazas con todos los abandonos y al final se quedó estancado tras el Aston Martin, al que no llegó a acercarse, aunque eso le permitió defenderse holgadamente de los dos McLaren, que pudieron acecharle al final. El séptimo sabe bien, porque entona un arranque de temporada difícil que ya no lo parece tanto. Todo lo contrario que Ferrari: antes daban miedo por portentosos y ahora dan miedo, sin paliativos. as.com
