Un repartidor de comida rápida fue captado comiéndose una rebanada de la pizza que debía entregar, momentos antes de completar el pedido. Para cubrir su delito, el hambriento y astuto trabajador, cortó minuciosamente los bordes de otras porciones con un cuchillo, reacomodó los pedazos de tal manera que volvieron a formar un círculo y volvió a sellar la caja con cinta adhesiva. No cabe duda de que sabe cubrir sus huellas como un profesional, pero, para su mala suerte, no hay ‘crimen’ perfecto.
Add A Comment