DUARTE– El Segundo Tribunal Colegiado de la provincia Duarte dictó 10 años de prisión contra un hombre que fue hallado culpable de agredir sexualmente a dos niñas a las que entrenaba en prácticas de batón ballet y gimnasia.
El Tribunal impusó la condena en contra de Arturo Elías Ortiz y ordenó su cumplimiento en el Centro de Corrección y Rehabilitación Vista al Valle del municipio de San Francisco de Macorís, provincia Duarte.
Ortiz fue hallado culpable de incurrir en abuso sexual y psicológico en perjuicio de las dos menores de 11 y 8 años de edad, cuyos nombres se omiten para proteger su identidad.
La nota de prensa a través de la cual se ofreció la información destaca que luego de acoger las pruebas aportadas por la Procuraduría Fiscal de la provincia Duarte, el tribunal lo declaró culpable de la violación de los artículos 330 y 333 del Código Penal Dominicano, modificado por la Ley No. 24-97 sobre Violencia de Género e Intrafamiliar en perjuicio de las dos niñas.
Según consta en el expediente acusatorio, el hecho ocurrió en el mes de febrero del presente año. La acusación indica que las víctimas junto a otra niña hasta el momento no identificada se encontraban en el centro comunal de la urbanización Abreu de San Francisco de Macorís para recibir clases de batón ballet y gimnasia con el hoy imputado Arturo Elías Ortiz.
Expresa que luego de que el agresor le ordenara a las niñas que se pusieran un uniforme le instruyó realizar un ejercicio denominado mariposa y que posteriormente las llevaba de manera individual a un cuarto a parte donde le halaba los cabellos y las besaba en diferentes partes del cuerpo, llegando a morder a una de las víctimas en uno de sus senos.
La investigación que hicieron las fiscales Massiel Sánchez y Anovis de la Cruz, arrojaron que el encartado se hacía pasar por profesor de batón ballet de un reconocido colegio de esa ciudad, quien por medio de un volante anunciaba clases gratis y el suministro de refrigerio.
Asimismo, establecieron que una vez el hoy condenado reclutaba las niñas, seleccionaba algunas de ellas para darle clases en privado y ahí las agredía sexualmente.
La litigación de ese caso estuvo a cargo del magistrado Engels Luis Polanco, contándose durante el proceso con la presencia firme de las víctimas.