Las dietas saludables se basan en evidencias científicas, son sostenibles en el tiempo, no producen el ‘efecto rebote’, consistente en recuperar el peso tras haberlo perdido, y producen una pérdida de peso paulatina y moderada, de hasta 1,5 kilos por semana y no más de 6 kilos al mes, según los expertos en nutrición.
Además incluyen todos los grupos de alimentos, teniendo en cuenta su distribución a lo largo del día, la velocidad a la que los absorbe el organismo y las cantidades para garantizar el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
Son dietas que normalmente están monitoreadas por endocrinos, nutricionistas o dietistas, que restringen las cantidades de algunos alimentos más calóricos y menos convenientes, y contribuyen a reeducar los hábitos alimentarios y mantener un estilo de vida saludable.
Tres de estos regímenes para adelgazar encabezan la lista que elabora anualmente el Instituto Médico Europeo de la Obesidad con el respaldo de expertos en obesidad y cuidado de la salud, entre ellos médicos, nutricionistas, dietistas, psicólogos, preparadores físicos, naturópatas y cirujanos.
Este ‘ranking’ se nutre de casos observados en consulta, estudios científicos y clasificaciones como la lista anual de la Asociación Británica de Dietistas (BDA, por sus siglas en inglés) o la publicación estadounidense ‘U.S. News & World Report’, entre otras fuentes, informa este instituto.
“Si, al mismo tiempo, se realiza un control adecuado de la ingestión de hidratos de carbono y se evitan los azúcares sencillos que elevan rápidamente la glucosa en la sangre, se puede perder entre medio y un kilo de grasa a la semana de forma saludable y se previenen carencias”, apunta.
“Dos de sus principales ventajas son: que no hay restricciones estrictas de alimentos, salvo aquellos con alto contenido en azúcares sencillos o en grasas poco saludables, y además sus comidas se pueden distribuir adaptándolas a los ritmos a los ritmos biológicos de cada persona”, señala Marqués.
Esta dieta resulta recomendable para la población general, ya que ayuda a un cambio de hábitos orientado a elegir los alimentos beneficiosos para nuestra salud, como verduras, pescados azules, frutos secos, cereales integrales y semillas, y puede ser adaptada a alguna patología, intolerancia o alergia específica, por un profesional de la nutrición”.
“Este método ha recobrado auge en los últimos años, y quienes lo practican incluyen en su rutina periodos que abarcan, desde varias horas hasta días, en los que se abstienen de ingerir alimentos sólidos”, explica Carmen Escalada, nutricionista clínica.
Según la experta del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, este tipo de dieta permite perder entre 1 y 1,5 kilos a la semana, y su principal ventaja es que puede ser mantenida en el tiempo, convirtiéndose en un estilo de vida, reduciendo el riesgo de efecto rebote.
“Una de las más conocidas es la “dieta de los días alternos” (http://dietadiasalternos.es), de corte mediterráneo y menús diarios adaptados a la persona que los va a realizar, sus necesidades y, si las hubiera, patologías”, indica la experta.
“Debido a que este modelo de alimentación permite elegir la cantidad de tiempo dedicado al ayuno, puede ser adoptado por prácticamente toda la población, y se han comprobado sus beneficios en los pacientes con riesgo cardiovascular, patologías inflamatorias como la psoriasis, el lupus o el Chron, y con diabetes o resistencia a la insulina”, explica.
“Avalada por la OMS y seleccionada como una de las diez mejores dietas para seguir en 2019, según ‘US News & World Report’, la dieta nórdica surge como una adaptación de la dieta mediterránea tradicional, sana por excelencia, a los productos, la cultura y las tradiciones del norte de Europa”, según la nutricionista Escalada.
“Prioriza el consumo de verduras, hortalizas y frutas (con predominio de bayas o frutas rojas, en compota o como aperitivo), cereales enteros, pescado azul, carnes blancas y rojas en menor proporción y aceite de colza en vez del de oliva”, indica.
“Es una alimentación saludable basada en el consumo de productos frescos, de temporada y locales, con un adecuando aporte de grasas saludables y abundantes vegetales, con los que podemos perder entre medio y un kilo de grasa a la semana”, según Escalada.
La especialista señala que “es una dieta óptima que podría seguir cualquier persona y que puede ayudar a mejorar parámetros como el colesterol, el azúcar en sangre o la hipertensión”.
“Quienes mayores beneficios van a sacar de su práctica serán quienes padezcan o tengan riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, colesterol o triglicéridos elevados, hipertensión, diabetes o cáncer”, concluye Escalada.