Yocairi en un hospital en situación crítica, posiblemente ciega y con el rostro desfigurado. Willy, preso enfrentando 10 años de prisión. Ese es el desenlace de una relación que comenzó cuando ella tenía 13 años y él 27, le doblaba en edad.
Cuando Yocairi Amarante Rodríguez tenía 14 años, Willy Antonio Javier Montero (28) decidió llevársela del hogar donde ella vivía con su padre en el sector El Valiente, de Santo Domingo Este, según cuenta la madre de la víctima, Santa Rodríguez.
“Esa relación comenzó escondida. Su papá era que estaba con ella, él iba para Valiente, donde ella vivía con su papá y con su abuela”, dijo.
De la relación de ambos nació una criatura que ahora se pregunta dónde está su madre. “¿Dónde está Yocairi? Me pregunta la niña, yo le digo que está trabajando”, narró Santa, quien tendrá que encontrar fuerzas para contarle qué pasó con su madre.
La relación duró hasta que la menor cumplió 19 años. Todo se fue al traste cuando la joven Yocairi Amarante decidió terminar la relación hace varias semanas.
“Él la amenazaba, que si se buscaba otro hombre la iba a matar, eso era lo que él quería hacer, matarla a ella y matarse él”, cuenta Santa. La amenaza que se hizo realidad cuando, de acuerdo con la investigación de la Policía Nacional, Willy contrató por 3,500 pesos a dos individuos, Álex y Joan que le sirvieron como sicarios.
De acuerdo con el resumen del Unicef, “el matrimonio infantil constituye una práctica nociva que, por su condición de vulnerabilidad, afecta especialmente a las niñas y las adolescentes, al limitar sus oportunidades de desarrollo, exponerlas a la violencia, al abuso sexual y al embarazo precoz. El matrimonio infantil, incluidas las uniones tempranas, se considera una manifestación de la violencia de género”.
Según el informe publicado en 2019, el 35.9% de las mujeres entre 20 y 24 años se casó o unió antes de los 18 años, y el 12.3% lo hizo antes de los 15 años, entre las peores cifras de la región.