Whoopi Goldberg ha lanzado su libro de memorias “Bits and Pieces: My Mother, My Brother, and Me” (Fragmentos: mi madre, mi hermano y yo) el 7 de mayo, en el cual revela detalles íntimos sobre sus luchas con las adicciones y la prevalencia de las drogas en la industria cinematográfica.
Goldberg comparte que asistió a rehabilitación antes de alcanzar la fama, pero en Hollywood, durante los años 80, el “uso recreativo de drogas” adquirió una nueva definición. Describe fiestas donde le ofrecían metacualona al llegar, con mesas y encimeras de baño llenas de cocaína, sin que nadie mostrara preocupación por las consecuencias legales, ya que la policía raramente intervenía en las residencias de productores o actores prominentes.
Aunque inicialmente pudo mantener su consumo en secreto mientras trabajaba, eventualmente experimentó alucinaciones y se vio obligada a pasar un día entero en cama para recuperarse. El punto de inflexión llegó cuando una ama de llaves de hotel la encontró con la cara manchada de cocaína, lo que la llevó a tomar la decisión de dejar las drogas de manera definitiva.
Goldberg reconoce que el proceso de recuperación implicó alejarse de sus amistades y rechazar invitaciones, pero estaba decidida a cambiar porque valoraba su vida por encima de cualquier otra cosa. Su sinceridad sobre estas experiencias refleja una valiente voluntad de compartir sus luchas personales y ofrecer un testimonio de esperanza para aquellos que enfrentan problemas similares.