Puede que sea un rumor insistente, pero no es más que eso: WhatsApp no tiene un listado de palabras prohibidas que pueden llevarte al bloqueo de la cuenta si las escribes, tanto en un chat privado como en grupo. Eso sí, puedes meterte en problemas si te reportan las personas con las que estás hablando.
Dada la popularidad de la mensajería instantánea, no hay smartphone que carezca de este tipo de software. Puede que haya una instalada, varias, quizá se hayan descargado de las tiendas o vengan preinstaladas: chatear de manera directa con los contactos es algo básico. Y ahí es donde entra WhatsApp, casi el estándar de la mensajería: es muy complicado escribir a un número de teléfono y que éste carezca de cuenta. Dada esta ubicuidad, y su sencillez, seguramente no haya nada que deje de hablarse a través de la aplicación.
El cifrado de extremo a extremo impide saber qué se escribe
Todas las conversaciones de WhatsApp están cifradas de extremo a extremo, es algo que las aplicaciones se encargan de recordar casi a cada momento. Esto hace que los chats sean 100 % privados, al menos mientras la conversación se quede ahí: a WhatsApp le resulta imposible saber qué se dice, que emojis se adjuntan, los stickers o con qué reacción se contesta a un mensaje. Esto también atañe a las palabras concretas.
WhatsApp no tiene una lista concreta de palabras prohibidas porque no puede extraerlas de las conversaciones para analizar todo lo que se dice: el cifrado de extremo a extremo lo impide. Tampoco aparece alusión alguna a términos prohibidos en los condiciones de uso de la aplicación ni en la ayuda. Sencillamente, WhatsApp no puede detectar qué es lo que escribes en las conversaciones, ya sean privadas o en grupo (todas están cifradas por defecto). Por tanto, no puede bloquearte la cuenta sólo porque escribas algo.
No existen palabras prohibidas y no pueden bloquearte la cuenta sólo porque las hayas escrito. Ahora bien, eso no significa que WhatsApp deje de perseguir las conductas incívicas y/o delictivas, ya que sí especifica claramente que debes hacer uso de las aplicaciones de forma responsable, respetuosa y siguiendo los términos de uso. Como especifica la propia WhatsApp:
“Nuestras Condiciones del servicio prohíben, entre otras acciones, la publicación de material falso y el comportamiento ilegal, amenazante, intimidatorio, que incite al odio o que sea ofensivo en términos raciales o étnicos”.
WhatsApp prohíbe claramente ciertas conductas a la hora de escribir. La pederastia, amenazas, acoso y otras actitudes ilegales quedan estrictamente prohibidas (y son denunciables), pero no existe manera automática de que WhatsApp detecte los temas que se departen en los chats. Ahora bien, existe una herramienta con la que sí tendría acceso a esas conversaciones.
Si te reportan WhatsApp leerá los mensajes
WhatsApp no lee las conversaciones y no podría hacerlo aunque quisiera, pero sí que tiene acceso a ciertos mensajes cuando estos quedan reportados. Mediante esa herramienta, la de “Reportar”, cualquier usuario de WhatsApp puede denunciar aquellas conversaciones y/o contactos que, en función de su criterio, vulneran las normas de uso de la plataforma. Por tanto, si escribieras según qué términos y otro usuario lo reportase, sí que podrías meterte en problemas. Y el bloqueo de la cuenta de WhatsApp sería el menor de ellos.
¿Qué ocurre cuando hay un reporte? La propia WhatsApp lo especifica:
WhatsApp recibe los últimos cinco mensajes que te envió esa persona o grupo, pero no notifica a los emisores. WhatsApp también recibe la identificación del usuario o grupo reportado, información sobre el momento en que se envió el mensaje y el tipo de mensaje enviado (imagen, video, texto, etc.).
Si existieran comportamientos que vulneran las condiciones de servicio WhatsApp podría bloquearte la cuenta. Por lo general, primero lo haría temporalmente y, dependiendo de la gravedad de lo reportado, podrías quedarte sin cuenta de WhatsApp para siempre. Es más, esa información reportada puede acabar en las autoridades, así lo especifica la propia plataforma:
Compartimos información con las fuerzas del orden y con otros cuando los intereses vitales de una persona requieren protección, como en el caso de emergencias. Estos intereses vitales incluyen la protección de la vida y la salud, el bienestar o la integridad físicos o mentales, tanto tuyos como de otras personas.
Un último detalle a mencionar atañe a todo lo que no entra en el cifrado de extremo a extremo; como son las fotos de perfil, nombres de grupo o descripciones. WhatsApp analiza de manera automática esta información y la contrasta con bases de datos como la del material de abuso sexual infantil (CSAM). La plataforma lucha contra la explotación infantil y colabora activamente con las autoridades: cualquier alusión que hagas en esas áreas de WhatsApp puede salirte caro. Mucho cuidado con bromear.