Quizás tenga algo de espejismo, porque ilusiona antes de que llegue el invierno y devuelve la esperanza de que otro coche, o piloto, plante cara a Hamilton el año que viene. Pero en el fin de fiesta sucedió: Verstappen ganó a Mercedes. Él solo, desde una pole que valió oro en Yas Marina, mantuvo a ralla a Bottas y Hamilton a partir de la salida y gestionó sin incidencias la carrera para lograr su segunda victoria de la temporada. De igual a igual, sin recurrir a estrategias inteligentes (como hizo en Silverstone) y sin jugar a los dados con los coches de seguridad. El Red Bull venció como si fuera un Mercedes. A buenas horas.
La arrancada de Max fue plácida, y eso que estaba bajo los focos tras varios patinazos recientes en este apartado. Además, el entorno del circuito de Abu Dhabi es icónico, de postal idílica, pero su trazado se destaca entre los que menos juego da del calendario, así que ni en la primera vuelta se pudieron asomar Valtteri y el campeón. Un oportuno coche de seguridad aparecido tras la avería del Racing Point de Pérez arruinó la ventana estratégica en la Vuelta 11 y obligó a todos los pilotos a pasar por boxes a la vez. Día de procesiones, diferencias de varios segundos y carrera aburrida, quién lo diría, para Verstappen. Con 23 años, conquistó el décimo triunfo de su carrera en la F1 seguido del finlandés y el británico, que tampoco vieron mucho en la pista.
Terminaron la temporada con lo justo, sus motores por poco no dijeron basta y Lewis aún está convaleciente tras haber superado el COVID-19. Pero en la fábrica de Brackley llevan meses trabajando en la aerodinámica de 2021 y eso, visto lo visto, es una amenaza preocupante.
Tras ellos, Albon se asentó cuarto con un adelantamiento sobre Norris al poco de empezar y corrió en tierra de nadie, cuarto. El quinto se lo ganó Lando Norris con su motor recién estrenado, en las rectas no tuvo oposición, seguido de un sólido Carlos Sainz, sexto, con el otro McLaren. El madrileño dejó buenos adelantamientos otra vez, por ejemplo a su futuro compañero, Charles Leclerc, sin DRS y apurando en la doble recta de Yas Marina. Contundente, pero limpio, para marcar territorio ante lo que pueda suceder el año que viene en Ferrari. Investigan al madrileño por una maniobra en el pit lane (ralentizó antes de cambiar neumáticos porque su equipo planteó un doble pit stop). Si la sanción no afecta su puesto en carrera, acabará sexto el Mundial de pilotos y su escudería, tercera el de constructores. Un hito para Woking cimentado sobre sus dos estrellas.
Día de despedidas en la parrilla
Los problemas mecánicos dejaron fuera de juego a Checo, ganador hace una semana. Hubo peleas interesantes entre los Renault y Gasly. Los Ferrari, sin ritmo, optaron por retrasar su cambio de gomas y terminaron sin puntos, doblados, y con mucho trabajo por delante. Quién le iba a decir a Vettel en Aston Martin se encontrará herramientas mejores. Además, Ricciardo se va a McLaren, Kvyat puede quedarse fuera y Magnussen se marcha al automovilismo norteamericano.
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Por tanto, jornada de abrazos, guiños y saludos con el puño. Ambiente distendido en la parrilla, que no es costumbre, porque la temporada se acaba. Muchas despedidas en la F1, entre ellas las de su CEO, Chase Carey, uno de los artífices de que durante una terrible pandemia el Gran Circo se haya desplegado en diecisiete ocasiones este año. Ese es el mayor triunfo para uno de los deportes internacionales que mejor ha gestionado los cierres de fronteras. Aunque el de Verstappen, por delante del monoplaza más dominante que se recuerda, tampoco estuvo mal. as.com
Por Jesús Balseiro