El neerlandés arrasa en una carrera de 40 minutos. Una sanción de cinco segundos a Leclerc le da el título. Accidente de Sainz y séptimo de Alonso
Max Verstappen ya es Campeón del Mundo. Era un secreto a voces, solo había que esperar a que las matemáticas lo certificasen. Pero fue raro y frío en esta ocasión. Después de lo extraña que fue la carrera de Japón, en la que se volvió a subir al escalón más alto del podio, hubo mucha confusión. Porque no se sabía realmente cuántos puntos se otorgaban. Finalmente, se hizo el reparto normal, aunque no se llegó al 75% de la carrera completada.
“No sabíamos cuántos puntos íbamos a obtener al principio. Cuando nos dijeron que íbamos a otorgar todos los puntos y tras la sanción de Charles, ya estaba claro. Pero estábamos un poco ‘¿sí o no?’. No sé, al final sí, qué decir… ¡es increíble!”, explica el neerlandés, que no muestra demasiada emoción en los micrófonos de DAZN. Tal vez la sorpresa final y la forma de ganarlo, ya fuera del coche, bajaron un poco la euforia que suele mostrar siempre un Campeón en la consecución del título.
También sabía que, si no lo ganaba en Japón, la casa de Honda, lo haría un poco más adelante. Era casi imposible que lo perdiese. Ya estaba en su mano. “Es una temporada muy especial, es algo que tenemos que recordar dentro del equipo, porque estamos muy centrados en el rendimiento”, sostiene Verstappen.
Se espera igualmente una gran fiesta y celebración porque uno no se convierte en bicampeón del Mundo todos los días. Aunque Max, de momento, volverá unos días a casa. “Después volveré a Japón”, reconoce el piloto.
Sobre la carrera, admite que ha habido mucho caos. Es cierto. Primero, ni siquiera se sabía si podrían salir por culpa de la lluvia. Después, lo hicieron y pudieron completar las vueltas que el tiempo permitiese dentro del límite establecido por el cronómetro. Un tiempo que se antojaba necesario que empezase a descontar, entre otras cosas porque podía caer la noche en cualquier momento.
Pero el campeón del Mundo está feliz por haber podido brindar espectáculo sobre el trazado de Suzuka, que ya quedará para siempre en su recuerdo como el lugar que le hizo bicampeón. “Los aficionados se merecían que volviésemos a salir a pista”, sentencia.