e al no tener otra referencia, muchas mujeres se pueden sentir “raras” o que “les pasa algo malo” por no sentir que dichas escenas les generan excitación. O bien, puede que simplemente se resignen a pensar y hacer lo que marcan estos cánones cinematográficos, saltándose su deseo y la manera de ponerlo en práctica.
¿Hay cine erótico orientado a la mujer y orientado al hombre?
“La mayoría del cine erótico y pornográfico (que no es lo mismo), está orientado al hombre y para el hombre, pero poco a poco muchas directoras están encontrando su espacio en este terreno, dando una visión diferente y ofreciéndonos otras alternativas”, afirma Blázquez. Erika Lust, Candida Royalle, Anna Span, Annie Sprinkle o Petra Joy, son algunas de esas directoras. A muchas de ellas se las incluye en el llamado “porno feminista”.
Como dice Gabriela MDA en su artículo “5 mujeres que están revolucionando la industria del porno”: este tipo de porno defiende que “no es una categoría más del cine tradicional dedicado al público femenino. En realidad, es una forma de erotismo en el cual los personajes, ya sean mujeres u hombres, son tratados como sujetos en vez de objetos sexuales.” A su vez, tienen en cuenta que “el porno feminista no asume la existencia de una única audiencia femenina, sino que reconoce la diversidad de espectadores con múltiples gustos y preferencias”.
No pierdas la pasión de tu pareja. Cortesía: Photos.com
Como ‘para gustos están los colores’, estas directoras, como el resto de sus compañeros, tienen su estilo propio a la hora de crear. Nos podemos encontrar con directoras que cuidan mucho la estética, otras que incluyen carga dramática, e incluso películas que retratan situaciones sensuales y en ocasiones cómicas.
Podemos descubrir en sus obras estilos que pertenecen al género más comercial, así como otras directoras que se centran más en los cinco sentidos, dando mucha importancia a la interpretación, la música y el realismo en las escenas. Pero siempre con una mirada global a los sujetos, y no tratándoles como objetos.
“Tenemos porno hippie, porno lésbico, fetichista, bondage, erótica para parejas, feminista, artístico, etcétera. Vamos, todo un mundo a nuestra disposición, que poco a poco se va abriendo camino en una industria muy marcada por la visión masculina y consumista. Una industria que siempre nos vende las mismas prácticas sexuales con alguna variante: sexo oral de ella a él o ellos, sexo anal y vaginal, y variaciones de esto mismo. En resumen, todo muy coito-centrista y genital, dirigida principalmente al hombre”, destaca Blázquez.
“Este nuevo concepto de pornografía y sus directoras tienen mucho camino por delante, pero es todo un logro, no solamente para las mujeres, sino para todas aquellas personas que no quieren consumir lo que nos imponen o no sienten que el porno comercial actual sea para ellos o ellas”, añade la sexóloga.
Si no hablamos de pornografía como tal, comenta Blázquez, “nos podemos encontrar con directoras como Leticia Dolera, que en su serie Vida Perfecta muestra de una manera muy natural escenas que podríamos considerar eróticas, en las que se visiona la sexualidad de la mujer y la sexualidad en general desde, y esta es mi opinión personal, una manera natural, amplia, integradora y no sesgada”.
Claves para reavivar el deseo sexual
“Cuando llega a la consulta una pareja para que la asesoremos, lo primero que tenemos que hacer es un buen análisis de lo que está pasando. La falta de deseo, como hemos hablado antes, puede estar motivada por muchos factores y, por ello, no hay fórmulas mágicas y universales. Cada caso es único, al igual que las personas que componen dicha relación”, explica la experta Proyecto Metamorfosis: Sexología y Terapia de Pareja.
Pero sí podemos dejar algunas claves para reavivar nuestro deseo sexual de manera individual o en pareja:
- Lo primero es lo primero: conocernos. Es importante saber qué me gusta, cuándo, dónde, cómo… Si no me conozco, ni sé cómo funciona mi cuerpo, puede que no esté disfrutando de mi sexualidad y, por lo tanto, se me quiten las ganas de compartirla con mi pareja. Por eso es importante tomar las riendas en este aspecto y responsabilizarme de mi sexualidad.
- A partir de ahí, es fundamental la comunicación. Por mucho que yo me conozca, sepa qué y cómo me gusta, si no soy capaz de transmitirlo y comunicarlo a mi pareja, no sirve de nada. No es una cuestión de interrumpir el momento y romper el ambiente soltando un monólogo, pero sí podemos aprender a hacerlo de una manera respetuosa e incluso insinuante. Ni siquiera se tiene que hacer a viva voz, podemos dirigirle con cariño, enseñarle o practicar en su cuerpo.
- Salir de la rutina: el sexo no es solo coito ni genitales. Basta ya del sota, caballo y rey. Así lo cuenta Blázquez: “No me cansaré de repetirlo: el sexo es todo aquello que nos da placer con unas gotitas de erótica. Así que romper con la monotonía (sorprende y déjate sorprender) es clave. Como cuando os conocisteis, porque si te das cuenta, ninguno de los dos sois los mismos ahora. Atrévete a salir de tu zona de confort, dejando a un lado los genitales y descubriendo el resto del cuerpo. Estimula los cinco sentidos: gusto, olfato, vista, tacto y oído. ¿Qué tal eso de preparar un desayuno diferente, combinando dulce y salado? ¿Y si mientras lo haces, dejas entrever tu ropa interior insinuante? ¿Qué tal probar una espuma crocante para dar un masaje? Es como sentir Peta Zetas sobre tu cuerpo y el olor es único y el sonido estimulante…”.
- Por último y no menos importante: pensar en sexo. Volver a mandarle a nuestro cerebro esos estímulos necesarios para que este quiera más. Así que como el artículo va de cine: ¿Qué te parece si acuerdas con tu pareja reservar un día para una cena diferente, con un ambiente agradable e incluso erótico? Poneros cómodos, pero no descuidados, que por la vista entra todo. Y disfrutar de esa película, que está subidita de tono. Todo es empezar, probar, descubrir y experimentar. ¿Te animas?