La mujer hondureña tenía nueve meses de embarazo y estaba exhausta y con dolores de estómago cuando la Patrulla Fronteriza la encontró en las montañas del sur de California con su pareja y el hijo de 9 años de ambos. Lo que sucedió seguidamente ilustra lo difícil que se ha vuelto pedir asilo en Estados Unidos durante la pandemia de coronavirus.
Alexy, de 32 años, y su hijo Samuel fueron llevados a la frontera en la madrugada del 28 de junio y devueltos a México. Dos días después, tras haber dado a luz en un hospital de Chula Vista, California, Karina, de 25 años, fue regresada a Tijuana de similar manera con su bebé, quien es ciudadano estadounidense por nacimiento.
En tiempos normales, la familia probablemente habría quedado en libertad en Estados Unidos con citas en una corte de inmigración para solicitar asilo. En lugar de ello, estuvieron entre los detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
El cambio hecho en marzo es evidente en cifras dadas a conocer el jueves: La Patrulla Fronteriza colocó a 27.535 personas en ruta a la expulsión por la ley de emergencia de salud púbica e hizo solamente 2.859 arrestos bajo la ley de inmigración.