Reynaldo Peguero
Al presidente Donald J. Trump como primer mandatario de Estados Unidos de América (EUA), corresponde evaluar, reestructurar, reorganizar, robustecer o cerrar por ley, no por decreto, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La tarea es asumida por Elon Musk designado como encargado del Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Donald Trump, tiene poder y derecho constitucional para evaluar la USAID, como organismo del Departamento de Estado. Entidad gubernamental creada por el presidente John F. Kennedy mediante la ley de asistencia extranjera de 1961.
Sólo otra ley podrá cerrarla como demuestra la sentencia del juez Carl Nichols del Tribunal del Distrito de Washington, quien fue nominado por Trump en 2019 para este tribunal de primera instancia.
La evaluación será interna y externa. Cuando consulten la República Dominicana, el mejor territorio para encontrar evidencias contrastables del buen hacer de USAID en nuestra nación, es Santiago. Desde 1962 a la fecha, Santiago puede mostrar más de 100 proyectos donde USAID colaboró con el aporte de expertos, asistencia técnica y financiera.
Sus contribuciones facilitaron una de las primeras universidades de agricultura de América, ISA. También aportaron el modelo para rescatar el río Gurabo; las primeras casas de justicia y las escuelas de ciudad Santa María y el Plan de Ordenamiento Territorial con adaptación climática.
Entre muchos otros, el primer apoyo al Plan Estratégico de Santiago, vía el embajador Robert Fannin y el director de USAID, Richard Goughnour con recursos ratificados en comunicación a quien suscribe.
Contribuciones que como dijera el presidente Juan Bosch en 1962 en casa de Antonio Guzmán, “los proyectos de Santiago, siempre tienen una contrapartida debajo del brazo”, proveniente de su activo liderazgo socio-empresarial.
El apoyo de USAID al desarrollo de República Dominicana en 63 años, coincide con el período donde logramos como nación, alcanzar niveles sostenibles de crecimiento económico.
El morbo político dramatizado por las redes sociales, manipula los fondos para la democracia, transparencia y gobernabilidad que USAID colocó en la organización política no partidista, Participación Ciudadana.
Entidad de la cual formamos parte de su asamblea fundacional en 1993, junto a los santiagueros Mariana Moreno García, Pengsien Sang, Juan Castillo y muchos otros, que asumieron la iniciativa liderada por Juan Bolívar Díaz, Isidoro Santana, Gianna Sangiovanni y Antonio Isa Conde.
Participación Ciudadana y todo el movimiento social con apoyo de USAID y otros recursos, hicieron una contribución sin precedentes a la democracia, al colocar en primer plano los altos niveles de corrupción de casi todos los órganos del Estado en las administraciones públicas precedentes.
USAID sí tiene quien le escriba. Se encontraran fallas y errores, pero todos su aportes a los sectores sociales y empresariales, facilitaron el fortalecimiento de la democracia, la inversión y el desarrollo.
