Un aventurero alemán que exploró los restos del Titanic a bordo del mismo sumergible, que por el momento se encuentra desaparecido a más de 12,000 pies bajo el océano Atlántico frente a las costas de Canadá, describió la experiencia como una “misión suicida” y eleva sus oraciones para poder rescatar con vida a los cinco pasajeros.
“Tuve una suerte increíble en ese entonces”, expresó Arthur Loibl, de 60 años, a un medio alemán sobre su peligrosa expedición de 2021.
Loibl es uno de los que se han sumergido más 12,000 pies (unos 6,000 metros) hasta donde descansan los restos del Titanic, el trasatlántico que pereció en su viaje inaugural desde Inglaterra a Nueva York, convirtiéndose en el más famosos de los naufragios.
El descenso le costó al alemán unos 110,000 dólares y estuvo acompañado del experto francés en temas del Titanic, Paul-Henry Nargeolet, de 73 años, y Stockton Rush, de 61 años, director ejecutivo y fundador de la compañía de submarinos OceanGate, estos últimos también forman parte de los cinco pasajeros desaparecidos en el sumergible y que han movilizado a varios países en una búsqueda frenética antes de que se queden sin oxígeno.
“¡Era una misión suicida en ese entonces!”, exclamó el hombre recordando su propio viaje al abismo. “El primer submarino no funcionó, entonces hubo que abandonar una inmersión a 1,600 metros”.
Loibl explica que terminaron iniciando el viaje con unas cinco horas de retraso debido a que la nave presentó problemas eléctricos, lo que sospecha puede ser el problema de la situación actual de la tripulación del sumergible.
Sumado a los problemas eléctricos, justo antes del viaje del alemán el soporte del tubo de estabilización, que equilibra el submarino, se rompió y tuvo que ser “reconectado con bridas”, manifestó.
El hombre también habla sobre las condiciones de hacinamiento a bordo del Titán, que no eran más tranquilizadoras que los problemas técnicos para iniciar el viaje.
“Se necesitan nervios fuertes, no hay que ser claustrofóbico y hay que poder sentarse con las piernas cruzadas durante diez horas”, describió quien ha sorteado dos veces los restos del Titanic en Titán.
El arriesgado aventurero, que ha sobrevolado Rusia en un avión de combate MiG-29 y visitar los polos norte y sur, aseguró que las expediciones a bordo del Titán fueron “las más extremas”.
Por tal razón, dijo estar orando por el regreso seguro de todas las partes a bordo del submarino hundido. “Debe ser un infierno ahí abajo. Hay solo 2.50 metros de espacio, hace cuatro grados, no hay silla, ni baño”, puntualizó Loibl.
Las autoridades informaron que la embarcación de fibra de carbono de 6.7 metros (22 pies) se había extraviado el domingo por la noche, lo que desencadenó la búsqueda en aguas situadas a unas 700 kilómetros (435 millas) al sur de San Juan Terranova.
El sumergible tenía una provisión de oxígeno para cuatro días cuando zarpó alrededor de las 06:00 horas del domingo, señaló David Concannon, asesor de OceanGate Expeditions, que supervisó la misión.
Este miércoles los equipos de rescate centran la búsqueda del sumergible desaparecido en la zona donde en las últimas horas se escucharon ruidos de origen indeterminado.