Por Jorge Moronta
Según varias fuentes y voceros autorizados del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Fuerza del Pueblo (PFP), los aprestos para un acuerdo que forme un gran frente opositor ya están en la fase final, parecería ser que, a pesar de muchos pronósticos en contra, y la gran rivalidad que existe entre los principales líderes de ambas entidades, las presiones de los candidatos a alcalde de ambas organizaciones han surtido su efecto.
Y es que, al margen de los intereses personales y organizacionales que encarna la candidatura presidencial, cada líder y candidato local tiene su propia agenda. En el caso de los alcaldes, poco o nada les importa lo que ocurra en mayo, ellos están primero, saben de ante mano que las posibilidades de ambos partidos de lograr la Presidencia de la República en mayo 2024 son escasas, sin embargo, muchos tienen amplias posibilidades de ganar o retener su feudo, pero esto depende en gran medida de una alianza, ya que ambos partidos por separados dividirían los votos que al fin y al cabo emanan de la misma fuente, y, en ese escenario, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), se serviría con la cuchara grande en la contienda municipal de febrero.
De manera que no hay ninguna duda de la conveniencia y las ventajas que representa para los candidatos a alcaldes de ambas organizaciones políticas una alianza electoral de cara a febrero. Sin embargo, ¿qué pasaría en mayo? ¿Cuál de los dos partidos y candidatos presidenciales saldría beneficiado y cuál saldría perjudicado? Porque hay que ser muy iluso o inexperto para pensar que lo que ocurra en febrero no va a repercutir de forma contundente en las elecciones de mayo.
Desde mi humilde punto de vista el veterano líder Leonel Fernández y su joven partido, Fuerza del Pueblo, saldrían perjudicados, mientras que, el joven e inexperto candidato, Abel Martínez con su viejo, pero experimentado partido (PLD), llevarían todas las de ganar de cara a la contienda de mayo 2024.
Y es que si hay una cosa que a Leonel y su Fuerza del Pueblo le ha costado trabajo, sangre, sudor y lágrimas es logra que la gran masa de simpatizantes que tiene casi 30 años votando por el león en la estrella amarilla y el fondo morado, logre separarlo de esas siglas y ese color. De hecho, todavía al día de hoy, aunque todas las encuestas señalan al candidato de la FUPU en segundo lugar y con varios puntos por encima del candidato del PLD, no ocurre lo mismo con sus respectivos partidos que aparecen empatados y en muchos casos el PLD sale por encima. ¿Cuál es la explicación para esto? Sencillo, para muchos votantes y simpatizante de Leonel, todavía éste sigue perteneciendo a su viejo partido, en sus mentes no se ha producido el divorcio emocional entre su líder y la vieja organización.
De ahí que, poner a los simpatizantes de Leonel y la Fuerza de Pueblo a hacer campaña, integrarse y votar por los candidatos del PLD en una gran cantidad de municipios, sería como una reconciliación que les reviviría grandes nostalgias y emociones. ¿Cómo plantearles a estos votantes que esa reconciliación fue temporal y coyuntural? Que en febrero comimos juntos, pero en mayo cada cual pa su casa. Los lideres y dirigentes políticos se manejan con cálculo e intereses, no así las bases que se entusiasman y enamoran de sus líderes y sus partidos y su voto suele ser más emocional que racional.
De manera que, si Leonel y la fuerza del pueblo quieren ganar un mayor número de alcaldías y regidurías, adelante con su alianza, pero, deben estar claro en que esto será un duro golpe para su aún tierna y lozana marca que está en formación y crecimiento. Después de una apasionada reconciliación en febrero, no creo que haya tiempo para el divorcio en mayo.
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