Tenemos como hábito lavar todo tipo de alimentos. Sin embargo, no todos los alimentos deberían ser lavados. Aquí listamos tres alimentos que nunca deberías lavar.
Huevos: la cáscara tiene una cutícula muy fina que ejerce como barrera protectora natural para separar la yema y la clara de la cáscara y allí se encuentra la salmonella. Con la presión del agua, esta cutícula se puede romper, con el riesgo de generar una contaminación.
Carnes: es un error común, pero nunca deberías lavar las carnes. En el caso de las rojas, la propia sangre que sueltan contiene muchos microorganismos que se pueden esparcir al entrar en contacto con el agua. Al lavarla, extiendes las bacterias.
En el caso de las carnes blancas, el agua tampoco elimina los microorganismos y lejos de generar un beneficio, se incrementará el riesgo de propagación de la bacteria causante de la gastroenteritis.
Frutas frescas: siempre deben lavarse antes de pelarlas, pero una vez que se les quitó la cáscara es contraproducente. Lavándolas, le quitarás todo el jugo que ha soltado al cortarla, y es ahí donde están las vitaminas.