Un reciente estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition reveló que la ingesta diaria de vitamina D3 puede alargar la vida biológica hasta tres años, al reducir el desgaste de los telómeros, estructuras del ADN vinculadas al envejecimiento y a enfermedades crónicas.
La investigación forma parte del estudio VITAL, un ensayo clínico aleatorizado y a gran escala, y es el primero en demostrar que la suplementación con vitamina D protege los telómeros, conservando su longitud con el paso del tiempo, según explicó la coautora del estudio, JoAnn Manson.
Los telómeros son fragmentos de ADN ubicados en los extremos de los cromosomas, que actúan como una especie de “reloj biológico”. Su acortamiento progresivo está relacionado con el envejecimiento celular y con el desarrollo de enfermedades como el cáncer, la diabetes y afecciones cardiovasculares.
En el subestudio, participaron 1,054 personas —hombres mayores de 50 años y mujeres de más de 55—, quienes durante cuatro años recibieron una dosis diaria de 2,000 UI de vitamina D3 o un placebo.
Los resultados indicaron que los participantes que tomaron vitamina D3 presentaron un menor desgaste en la longitud de sus telómeros, lo que equivale a frenar el envejecimiento biológico en aproximadamente 2.7 años.
“Además de proteger los telómeros, la vitamina D mostró beneficios adicionales como la reducción de la inflamación y del riesgo de enfermedades autoinmunes y crónicas relacionadas con la edad”, añadió Manson.
El estudio también evaluó el efecto del omega-3, ampliamente recomendado por sus beneficios cardiovasculares. Sin embargo, en este caso, no se observaron mejoras en la conservación de la longitud de los telómeros con la suplementación de ácidos grasos.
“Nuestros hallazgos sugieren que la suplementación selectiva con vitamina D puede ser una estrategia eficaz para ralentizar ciertos procesos de envejecimiento”, expresó el autor principal del estudio, Haidong Zhu.
A pesar de los resultados prometedores, los expertos advierten que no se debe recurrir a la automedicación. La dosis diaria recomendada debe ser determinada por un profesional de la salud, tomando en cuenta factores individuales como la edad, niveles previos de vitamina D y exposición solar.
El estudio abre nuevas posibilidades para investigar cómo ciertas vitaminas y nutrientes pueden contribuir al envejecimiento saludable y a la prevención de enfermedades degenerativas en la población adulta mayor.
Los investigadores ahora buscan explorar si este efecto protector puede ser aún mayor en personas con deficiencia severa de vitamina D o en grupos con enfermedades crónicas diagnosticadas.
Además, se planean nuevos estudios a largo plazo para analizar si la conservación de los telómeros mediante vitamina D puede traducirse directamente en un aumento de la longevidad y la calidad de vida.
En conclusión, la vitamina D, más allá de su conocida función en la salud ósea, se perfila como una aliada clave en la lucha contra el envejecimiento prematuro y el deterioro celular.