Los test de embarazo son los métodos más empleados en el mundo para confirmar o descartar un embarazo. Funcionan analizando la presencia de hormonas en la orina y se puede adquirir en la farmacia sin necesidad de prospecto.
Pero, ¿cómo funciona específicamente? Busca la presencia de la hormona hCG, gonadotropina coriónica humana. Ésta se encuentra solo en el cuerpo de las embarazadas, puesto que está asociada a la formación de la placenta. Por lo tanto, si se encuentra este tipo de hormona en la orina, el resultado será positivo. Si no se haya, será negativo.
El test se puede hacer en cualquier momento del día, pero lo ideal es hacerlo a primera hora de la mañana. En la primera orina del día es donde se acumula la mayor concentración de la hormona hCG, por lo que resultará más fácil detectarla. No es aconsejable beber mucho antes de realizarlo, ya que la concentración de la hormona podría diluirse, reduciendo así la fiabilidad.
Puedes colocar la orina en un recipiente limpio e introducir la parte plana del test de manera vertical en él, o puedes colocarlo directamente bajo tu orina. En ambos casos, procurá que la orina no caiga sobre la pantalla, por lo que el primer método puede resultar más útil. Deja pasar 5 minutos y pasado este transcurso de tiempo, el resultado aparecerá en la pantalla.
Positivo: si aparecen dos líneas de color, una en la zona de control (C) y otra en la zona de test (T), el resultado es positivo (embarazada). La intensidad de color podría variar en la zona T dependiendo de la concentración de la hormona hCG.
Negativo: si solo aparece una línea de color en la zona de control (C) y ninguna en la de test (T), significa que el resultado es negativo (no embarazada).
Si directamente no aparece la línea en la zona de control (C), el resultado no es válido, por lo que se debería repetir el test. Para asegurarte de que esto no te pasa, sumergilo en la cantidad de orina suficiente y seguí detalladamente las instrucciones del prospecto.