La calvicie es uno de los problemas que más preocupan a los hombres y uno de los más frecuentes en España. De hecho, según diferentes estudios, nuestro país es el segundo del mundo con más personas calvas, sólo por detrás de República Checa, y es que casi el 50% de los españoles padece actualmente alopecia y de ellos, el 90% es de carácter androgénico, es decir, con un factor genético importante. “Es la más frecuente, presentándose en hasta un 50% de los hombres a los 50 años de edad y entre un 5 y un 10% de las mujeres”, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Los factores responsables de esta calvicie son, por un lado la herencia y, por otra, la acción androgénica sobre los folículos pilosos. El hecho de ser hereditario, en la gran mayoría de los casos, hace que muchos jóvenes con padres calvos se agobien al pensar en que se quedarán calvos. Esta idea les hace sentirse menos seguros y que su calidad de vida se reduzca. La buena noticia es que, a día de hoy, este problema tiene solución (casi siempre), gracias a los trasplantes capilares, un tratamiento que no deja de crecer en España. De hecho, en 2020 el número de trasplantes se disparó, realizándose casi 40.0000 más que el año anterior. ¿Los motivos? Fundamentalmente, por estética y por salud mental, ya que muchos hombres se sienten inseguros por la falta de pelo, por las entradas o por la coronilla.
Este boom en la demanda de tratamientos ha hecho que también aumente el número de clínicas que se dedican a este problema, tanto dentro como fuera de España. Con tanta oferta es importante saber en qué hay que fijarse para evitar que el trasplante se convierta en una tortura o en un problema grave.
Y es que, según explica a CuídatePlus, Carlos Portinha, director médico del Grupo Insparya de clínicas capilares, “en los últimos años no deja de aumentar el número de personas que buscan ayuda en España por problemas derivados de trasplantes hechos en Turquía”. Es importante saber que estas clínicas “no suelen cumplir con la normativa de seguridad, limpieza y calidad que hay en España y, además, no incluyen seguimiento posterior al proceso”.
Por eso, antes de someterse a un trasplante de pelo es importante saber qué es, qué problemas pueden surgir y cómo será el resultado final. Esto es importante ya que no todas las clínicas son iguales, ni usan la misma tecnología, ni te garantizan cómo será el resultado final. Tener esto en cuenta, ayuda a la decisión final.
Según indica Cristina Serrano, coordinadora del Grupo Español de Tricología de la AEDV, “este procedimiento requiere, en primer lugar, de un diagnóstico del tipo de alopecia. Si el trasplante es posible, es necesaria una planificación, experiencia y conocimiento adecuados, un seguimiento y un tratamiento posterior. Esto deberá realizarse siempre, independientemente de que sea en clínica de bajo o alto coste. Hasta que no se comprenda esto, los pacientes están en riesgo de sufrir complicaciones (y decepciones) importantes”.
“Esto no es un milagro. La valoración médica es fundamental para no llevar a engaños”, insiste Eduardo López-Bran, dermatólogo de la AEDV.
El primer paso de todo es conocer el tipo de alopecia del paciente, porque no todas son candidatas a trasplante. Según Portina, “no podrían someterse a trasplante capilar las personas que han perdido el pelo por estar inmunodeprimidas o en alopecia difusa”, por ejemplo.
Esto es clave porque, como comenta Serrano, “es habitual ver personas que se han hecho un trasplante con un diagnóstico erróneo. Esto es que se han sometido a un trasplante creyendo que su alopecia es androgénica (calvicie común) pero en realidad tenían una alopecia fibrosante o alopecia liquen plano pilar”. En estos casos, comenta la experta, “el pelo trasplantado se perdería en un porcentaje elevado, con síntomas y signos presentes como picor e inflamación local. El resultado es un fracaso, habiendo gastado tiempo, dinero y sufrimiento para nada”.
¿Cuándo se recomienda un trasplante capilar?
Los mejores candidatos para un trasplante capilar son “aquellos en los que la alopecia se ha estabilizado, al margen de su edad”, apunta Portinha También es muy importante que “la calidad del cabello de la zona donante sea buena y la cantidad de unidades foliculares, suficiente”. Si el cabello de la parte posterior y lateral de la cabeza “no es el adecuado (tiene poco volumen, es fino o débil) es posible que haya que evaluar otras soluciones para la alopecia distintas al trasplante, como la tricopigmentación”, explica.
Por lo general, “el trasplante capilar es la mejor opción para casos de alopecia androgénica. También funciona en las alopecias cicatriciales, considerando que la densidad obtenida suele ser menor y que hay que estar atentos ante un brote inflamatorio de la alopecia para evitar la caída del pelo trasplantado”, informa.
Cuando existe una alopecia areata “está contraindicado de forma general el trasplante al tener causas autoinmunes, porque es posible que el organismo identifique los cabellos trasplantados como nuevas amenazas, provocando su caída”.
¿Cómo se realiza el trasplante capilar?
Lo primero que hay que saber es en qué consiste un trasplante y cómo se hace. Como explica Portinha, “el trasplante de pelo es un proceso que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Es un método que requiere de varios pasos muy definidos y en el que hay varios aspectos a tener en cuenta”.
Es importante saber que “la obtención de pelo se consigue por la extracción de unidades foliculares de las áreas en las que sí hay más pelo”, señala Portinha. En el caso de la alopecia androgénica, caracterizada por la falta de pelo en la zona de la coronilla, sobre todo, y de las conocidas como entradas, el pelo donante se recogerá de la parte trasera y baja de la cabeza. “Al ser del propio paciente, el riesgo de rechazo del trasplante capilar es inexistente”, indica. También es clave que “a lo largo de todo el procedimiento se respeten las características, necesidades, fisionomía y especificidades de cada persona”, así como la dirección del pelo que se extrae para implantarlo “con sentido” estético. Y es que, como apunta el director médico de la clínica, “algunos establecimientos no tienen en cuenta esto y el resultado final es el de un trasplante poco natural y muy evidente”.
Otro aspecto que hay que destacar es que hay que saber que “toda la intervención se realiza con anestesia local y que es indoloro”.
Sí hay límite de pelos (aunque te digan lo contrario)
La gran demanda de este tipo de tratamientos ha hecho que proliferen clínicas que utilizan reclamos publicitarios engañosos para atraer al público. Uno de los más habituales es el de prometer el trasplante de pelos (folículos) indefinidos. Esto, aseguran los expertos consultados por CuídatePlus, es imposible. “No se pueden tener folículos ilimitados porque lo que se hace es quitar una unidad folicular de un sitio donde hay más cabello a otro donde no hay”, explica Portinha. No tendría sentido quitar folículos de una zona donde hay muchos y dejar una calva visible en esa parte de la cabeza.
“No existe un número exacto de incisiones/cabellos que se trasplanten ya que va a variar en función de cada paciente”, explica. Aunque lo habitual son 1.200 – 1.500 unidades foliculares (en cada unidad folicular hay de media 2,5 cabellos, aunque pueden tener más), por tanto, “estaríamos hablando de la implantación de entre 3.000 – 4000 folículos”.
A la hora de implantar el pelo, “es fundamental distribuir adecuadamente las unidades foliculares en la zona receptora porque si pones muchas en la parte delantera, pasados unos años, cuando la persona pierda algo de pelo (el no trasplantado) va a tener un aspecto muy artificial”, destaca Sergio Vañó, es dermatólogo, tricólogo y cirujano capilar y director de la Unidad de Tricología del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Hay que hacer trasplantes conservadores, algo que no ocurre en muchas clínicas low cost y, con el paso del tiempo, el paciente se siente muy decepcionado”, señala el dermatólogo.
El proceso de implantación de los pelos, en la mayoría de las clínicas, se realiza manualmente pelo a pelo, por lo que la duración del proceso suele ser de unas seis horas, algo que podrá cambiar en unos meses en algunas clínicas como las del Grupo Insparya. Y es que esta empresa podrán en marcha en los próximos meses un nuevo dispositivo por el que el tiempo se puede deducir a la mitad ya que “permitirá reducir drásticamente el manejo de las unidades foliculares, reduciendo en 25 veces el tiempo de trasplante y el número de movimientos en la implantación. Esto no es solo una ventaja para el paciente, sino también para los equipos médicos, ya que, gracias a este dispositivo no se tienen que trasplantar 4.000 unidades foliculares de una en una, como antes. Al reducir el esfuerzo físico, es posible mejorar la calidad del trabajo de los empleados, pudiendo realizar el mismo trasplante en 160 movimientos en lugar de 4.000 movimientos”, explica Porthina.
¿Cuándo se empiezan a apreciar los resultados?
Los primeros resultados se empezarán a notar a partir del 4-6 mes y “los resultados más definitivos a partir del año o 18 meses aproximadamente en el caso de la coronilla”. El paciente debe saber que no se van a ver inmediatamente después de finalizar la intervención, “porque el cuero cabelludo entra en fase de recuperación”, apunta el director médico de Insparya.
El crecimiento del pelo trasplantado pasa siempre por varias fases.:
- El pelo trasplantado entre el primer y el segundo mes se suele caer.
- Al segundo mes se estabiliza
- Al tercer o cuarto mes empieza a crecer, aunque los primeros resultados no se verán hasta el sexto mes.
Para un cuidado perfecto, tras las intervención, las recomendaciones de los expertos son:
- Durante los primeros tres días, hay que tumbarse con la cabeza inclinada hacia atrás y la nariz hacia el techo.
- Beber mucha agua e hidratar frecuentemente la zona trasplantada con suero fisiológico cada 15 o 20 minutos.
- Los primeros 10 días son muy importantes para la zona de extracción o zona donante, por este motivo hay que limpiarla dos veces al día con gasas y suero fisiológico, de arriba hacia abajo aplicando una pequeña presión. Al terminar hay que aplicarse la crema recomendada por el médico.
Entre los efectos secundarios o las lesiones que pueden aparecer inmediatamente después del trasplante se encuentran “cierta hinchazón hacia el cuarto día despés de la intervención, posibles moratones a consecuencia de la anestesia, dolor puntual, y la cara y las orejas inflamadas”, enumera Portinha. Estos efectos suelen desaparecer a los 3 días.
Lo que no se debe hacer
En las primeras semanas:
- Evitar el uso de sombreros o gorras.
- No exponerse al sol
- No practicar de manera prolongada de ejercicios físicos para evitar una sudoración excesiva.