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La melatonina, una hormona que se produce en distintos lugares del organismo, está asociada a los ritmos de vigilia y sueño. Por este motivo, se usa ampliamente como suplemento alimenticio o medicamento para dormir mejor. Pero su acción va mucho más allá del sueño y tiene, entre otros, un efecto sobre la grasa corporal y la obesidad. Así lo demuestran diversos estudios científicos difundidos en los últimos años.

Altice

Actualmente, en España se pueden comprar sin receta suplementos de melatonina con dosis de hasta 2 gramos, mientras que las dosis superiores se consideran medicamentos y deben ser prescritas por un médico.

Un equipo de investigación de la Universidad de Granada ha constatado los efectos positivos de la melatonina en la prevención de la obesidad y su actividad sobre la grasa visceral, que se acumula en la parte profunda del abdomen, cerca de órganos vitales, y puede causar problemas de salud graves. Sus resultados se han publicado en dos estudios encabezados por el catedrático Ahmad Agil en las revistas Biomedicine & Pharmacotherapy y Antioxidants.

Así actúa la melatonina contra la obesidad

En experimentos con ratas obesas y diabéticas de ambos sexos, los investigadores han descubierto que la administración crónica de un fármaco de melatonina (10 mg/kg peso corporal/día durante 3 meses) previene la obesidad en mayor medida que un tratamiento agudo y reduce la obesidad visceral alrededor de un 3%. También mejora la atrofia de la fibra muscular causada por la obesidad y promueve su transformación hacia una modalidad más oxidativa y lenta. Asimismo, genera un aumento de la actividad y el contenido mitocondrial (las mitocondrias son las centrales de energía de las células), lo que explica la reducción de la ganancia de peso tanto en las ratas hembra como en los machos.

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Frío para potenciar el efecto de la melatonina

Los científicos fueron un paso más allá al combinar la administración de melatonina con un baño en agua levemente fría, alrededor de 17 ºC, que es la temperatura media del mar. De este modo consiguieron una reducción de peso superior. Este método podría resultar eficaz en las personas con obesidad.

El reloj biológico, aliado contra la obesidad

Más allá de la posible aplicación farmacológica de la melatonina para combatir la obesidad -una vez superados los ensayos clínicos pertinentes-, los resultados de los experimentos con ratas de laboratorio ofrecen importantes claves sobre los mecanismos biológicos por los que el estilo de vida y, especialmente, los ritmos de vigilia y sueño, influyen en el aumento de peso. Asimismo, aportan posibles soluciones.

“Cada vez son más frecuentes los problemas de obesidad, sobrepeso y diabetes tipo 2 en los países desarrollados y en los países en desarrollo”, recuerda Agil, quien señala que esta realidad es consecuencia de una mala adaptación del genoma humano a un entorno dominado por factores ambientales que favorecen el aumento de peso, pero que se pueden modificar: 

  • Sedentarismo.
     
  • Comidas y bebidas hipercalóricas de acceso constante e ilimitado.
     
  • Aislamiento del frío.
     
  • Manipulación industrial de los alimentos con aditivos como aperitivos, edulcorantes y potenciadores del sabor.
     
  • Alteración de los ritmos biológicos circadianos debido a exposición excesiva y crónica a la luz nocturna por: el trabajo nocturno, ingesta de alimentos por la noche, trastornos del sueño, estrés y falta de exposición a la luz natural, que reduce los niveles endógenos de melatonina. 
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Para mitigar este entorno que fomenta el exceso de peso, el investigador recomienda elegir las actividades apropiadas en función del reloj biológico interno que marca el día y la noche de cada persona:

Durante el día

Exposición a la luz natural; realizar actividad física adecuada; elegir dietas hipocalóricas cargadas de alimentos no procesados y sustituir estos aditivos por especies y hierbas termogénicas; evitar comer entre horas; no llevar ropa aislante del frío; tener la calefacción con una temperatura llevadera y fresca, en torno a 17 ºC, y ducharse con agua fresca. 

Por la noche

Dormir a oscuras y evitar el uso de dispositivos de emisión de luz azul (tabletas, móviles) una o dos horas antes de dormir y ayunar, lo que incrementa los niveles endógenos de melatonina. También aconseja a las personas mayores administrar con receta médica dosis bajas de melatonina (por tener sus niveles de melatonina endógena reducidos por la edad) y, en caso de obesidad, elevar las dosis.

“Nuestro principal reto es la aplicación de la melatonina y de otras estrategias, como el ayuno intermitente, en el campo de la medicina”, enuncia Agil. El equipo de la Universidad de Granada valora muy positivamente su potencial para el tratamiento de la obesidad, la diabetes y la combinación de ambas (diabesidad). De hecho, las investigaciones que realizan desde hace más de una década revelan que la administración farmacológica de melatonina constituye una novedosa estrategia frente a la diabesidad y sus complicaciones, como el hígado graso, la hipertensión o la alteración lipídica (colesteroltriglicéridos).

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