El Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió este miércoles aceptar para sus deliberaciones la disputa entre la Asociación de Deportes Universitarios de Estados Unidos (NCAA, en sus siglas en inglés) y un grupo de atletas universitarios que ponen en entredicho las restrictivas leyes de la asociación en lo que se refiere a la compensación económica para los alumnos, lo que viola la conocida como Ley Sherman -ya que mantiene el precio de su “trabajo” artificialmente al prohibir que los jugadores no puedan recibir un salario justo por el trabajo que hacen-.
En septiembre del año pasado, las reglas de juego de los deportes universitarios cambiaban en Estados Unidos. El gobernador de California, Gavin Newsom, anunciaba la aprobación de una ley que permitiría a los deportistas universitarios cobrar por patrocinios. Los jugadores durante su etapa universitaria participan completamente gratis a cambio de su educación en unas ligas que tienen un enorme tirón comercial y como no son profesionales no pueden ganar dinero a pesar de que generan muchos beneficios para la NCAA.
La medida de California fue la primera de ese tipo y supuso un antes y un después, ya que genera un enfrentamiento directo con la NCAA, cuyo modelo de negocio queda en entredicho. La ley de California no entrará en vigor hasta 2023, pero sus críticos advertían de que su mera aprobación ya era suficiente para alterar por completo el mercado de fichajes y el equilibrio en las ligas universitarias. Las competiciones universitarias, especialmente las de baloncesto y fútbol americano, están entre los deportes más seguidos de Estados Unidos en televisión.
Un grupo de deportistas de fútbol americano y jugadores de baloncesto, tanto mujeres como hombres, presentaron una demanda contra la NCAA desafiando las estrictas reglas que se imponen a los estudiantes universitarios.
Un tribunal federal falló a favor de los atletas declarando que los límites que la NCAA impone basados en los beneficios que los estudiantes pueden obtener eran anticompetitivos bajo la ley federal antimonopolio. Donald Remy, el jefe de asuntos legales de la NCAA declaró sentirse satisfecho de que el Supremo hubiera aceptado el caso. “La NCAA y sus miembros siguen creyendo que los campus universitarios deberían servir para mejorar la experiencia estudiante-atleta sin tener que enfrentarse a este litigio sin fin”, declaró Remy en un comunicado.
La NCAA tiene beneficios multimillonarios, el coste de los derechos televisivos es elevadísimo y algunos entrenadores tienen sueldos de estrellas. En su defensa, la NCAA admite que aunque los jugadores no cobran, gozan de un escaparate impagable que les puede catapultar a las ligas profesionales. elpais.com
Por YOLANDA MONGE