En su autobiografía, el ex jugador de los Chicago Bulls le dedicó varias páginas a su ex compañero y marcó la grieta que existe entre ambos
El 9 de noviembre salió a la venta Unguarded, las memorias de Scottie Pippen, una de las grandes figuras de los Chicago Bulls durante la década del 90. En su obra, el ex deportista de 56 años le dedica varias páginas a su análisis sobre The Last Dance, el documental sobre aquel mítico equipo que conformó junto a Michael Jordan. Luego de algunas filtraciones previas a la publicación de su autobiografía, esta semana se conocieron más párrafos que desataron la polémica.
Pippen ya había sido muy crítico de la serie documental al señalar en varias oportunidades que Jordan se había colocado como protagonista por encima del equipo. Además, culpó de esto a su ex compañero, quien tenía el control editorial del producto que se emitió a principios de 2020. Ahora, en los nuevos fragmentos que se conocieron, mantuvo su postura.
“En el documental Michael intentó justificar las ocasiones en las que reprendía a un compañero de equipo frente al resto del grupo. Debía sentir como si esos chicos necesitaran desarrollar su parte más dura para superar a los equipos más físicos de la NBA. Me morí de vergüenza, como ya hice cuando pasó, al ver de nuevo lo mal que Michael trataba a sus compañeros”, sostuvo e insistió en que este tipo de liderazgo era nocivo para el vestuario de los Bulls.
“Como compañero de equipo fui mucho mejor que Michael. Pregúntenle a cualquiera que haya jugado con los dos. Siempre estuve ahí para una palmada en la espalda o una palabra de aliento, especialmente después de que él menospreciara a alguien por una razón u otra. Yo ayudé a los demás a creer y a que dejaran de dudar”, disparó el estadounidense.
Pippen, quien es miembro del Salón de la Fama de la NBA desde 2010, dejó en claro que Jordan tenía una forma de manejarse con el resto de los jugadores del plantel que era negativa, pero que esto se debía a una mirada errónea suya. Es que Michael buscaba despertar el fuego interno de cada uno de sus compañeros, pero para esto apelaba a gritos y reproches que muchos basquetbolistas tomaban a mal y terminaban generando el efecto opuesto.
“Michael estaba equivocado. No ganamos seis campeonatos porque se metía con los demás compañeros sino a pesar de que lo hacía. Ganamos porque jugamos un baloncesto en equipo, que no había sido el caso en mis dos primeras temporadas cuando nuestro entrenador era Doug Collins. Eso era lo que hacía especial jugar para los Bulls, la camaradería que establecimos los unos con los otros”.
El autor de Unguarded enalteció así la figura del entrenador Phil Jackson, quien logró darle a la franquicia de Chicago ese plus que le faltaba para coronarse como la mejor de la NBA y minimizó la presencia del astro del baloncesto en el equipo: “No es que nos sintiéramos bendecidos al estar en el mismo equipo que el inmortal Michael Jordan”.
En filtraciones anteriores de su libro, ya se habían conocido fragmentos similares en los que tildaba a las actitudes de su ex compañero como degradantes, insultantes y condescendientes. Evidentemente, esto expone la mala relación que existe entre ambos en la actualidad.
El ex alero, considerado como uno de los mejores 75 jugadores de la NBA de toda la historia según la propia liga, había revelado que él no es el único de los ex jugadores que está molesto por cómo se llevó adelante The Last Dance. Asimismo, en su biografía afirma: “Para empeorar las cosas, Michael recibió USD 10 millones por su papel en el documental, mientras que mis compañeros de equipo y yo no ganamos ni un centavo, otro recordatorio del orden jerárquico de los viejos tiempos”. infobae.com