Kim Jong-un se deja ver poco. Y cada vez que el régimen de Pyongyang lo coloca en escena, la puesta es cuidada para intentar demostrar que su salud está intacta. sin embargo, lo cierto es que su verdadero estado es un misterio y cada vez son más los rumores que rodean al dictador de 36 años. Es por eso que la figura de su hermana, la temible Kim Yo-jong, se agiganta cada vez más, tomando lugares antes impensados para una mujer.
El último paso que dio la hermana menor del “Líder Supremo” de Corea del Norte fue ser nombrada miembro pleno del Politburó, el máximo organismo político del régimen. La ceremonia fue celebrada los primeros días de julio, pero recién ahora trascendieron los detalles de su presencia en esa hermética cumbre partidaria. “La camarada Kim Yo-jong asistió a la reunión ampliada del politburó el 2 de julio como miembro de pleno derecho. Aunque actualmente no hay forma de saber exactamente cuándo se convirtió en miembro pleno del politburó, la mayoría de los funcionarios de la reunión estaban al tanto de este hecho en ese momento“, señaló una fuente reservada al diario Daily NK.
La información no fue confirmada de manera oficial por la dictadura norcoreana. De ser correcta la información del diario basado en Seúl, sería la segunda mujer en la historia del país en formar parte del plenario, un hecho histórico e inusual en una nación cuyo culto a sus líderes se basa únicamente en figuras masculinas. La anterior fue la tía del actual jefe de estado, Kim Kyong-hui, hermana de Kim Jong-il.
Su fama de dura y su posición férrea contra Corea del Sur, sumado a la incertidumbre que genera la salud de Kim Jong-un, fueron determinantes para el nombramiento. ”La versión entre los cuadros es que se convirtió en miembro de pleno derecho del politburó debido a su trabajo para aumentar la hostilidad contra el enemigo y emitir declaraciones duras contra ellos”, dijo la fuente. Esos enemigos están al sur del paralelo 38 y en los Estados Unidos.
Durante la reunión del politburó, se discutieron cuestiones relacionadas con la expansión del coronavirus en la frontera de Corea del Norte con China, situación que fue reprochada al Ministerio de Seguridad del Estado. China fue el epicentro de la pandemia, pero Pyongyang siempre señaló que lo tenía bajo control. Sin embargo, el hermetismo informativo que existe en el país comunista hace imposible conocer con precisión cuántos contagios y muertos hay en el territorio.
En esa cumbre, Kim Yo-jong se sentó al lado de su hermano, en un claro signo de poder.
Cada vez más poder
Hace exactamente un mes, Kim Yo-jong endureció su discurso, mientras el dictador se ausentaba de sus reuniones. La hermana del líder de Corea del Norte había advertido que la ruptura de relaciones con Corea del Sur era inminente y dejó en manos del Ejército norcoreano la decisión de tomar “la próxima acción contra el enemigo”.
Kim Yo-jong es la subdirectora primera del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea y una estrella en ascenso dentro del régimen. También es responsable del llamado Departamento de Frente Unido, encargado de gestionar las relaciones con Corea del Sur y los sistemas de información y propaganda a las órdenes de su hermano, Kim Jong-un.
La figura de la mujer de 32 años emerge cada vez con mayor fuerza. Ella fue quien diagramó cuidadosamente durante años la imagen de su implacable hermano en todo el planeta. Poco conocida, la mujer se ganó la confianza del Partido de los Trabajadores que comanda el país con mano de hierro. Fue luego de su participación estelar en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 cuando el mundo la conoció (un poco) más. De acuerdo con reportes de inteligencia, en ella es en la única persona en quien confía Kim Jong-un.
En los últimos meses, sin embargo, su imagen pública creció. Fue luego de que insultara a Corea del Sur, al que llamó “un perro asustado que ladra”, por las quejas de Seúl respecto a un ejercicio militar cerca de la frontera. Más extraño aún, elogió a Donald Trump, quien le había enviado una carta a su hermano. Desde hace un tiempo se ha convertido en su vocera y representante ante el mundo. Nadie accede al dictador norcoreano como ella.
Poco se conoce de la vida de la “princesa norcoreana”. La menor de los hermanos del dictador Kim Jong-un es la única hija de Kim Jong-il y su consorte, la bailarina Ko Yong-hui. Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, nació en Pyongyang el 26 de septiembre de 1989. No obstante, el servicio de inteligencia de Corea del Sur sostiene que nació en 1987, por lo cual su edad ronda entre los 30 y 32 años.
Como sus hermanos mayores, fue educada en Berna, la capital suiza. Bajo el alias de Pak Mi-hyang, asistió durante varios años la escuela pública Liebefeld-Steinhölzli, la misma a la que fue Kim Jong-un, y vivió en un modesto apartamento cercano al instituto. Durante su tiempo en Berna, disfrutaba de las clases de ballet.
Según Kenji Fujimoto, el chef japonés que trabajó para la familia Kim durante varios años hasta que escapó en 2001, Kim Jong-il adoraba a su hija menor. La llamaba “dulce Yo-jong” o “princesa Yo-jong”. Se cree que “la princesa” regresó a Corea del Norte en el año 2000 o 2001, al mismo tiempo que Kim Jong-un. Una vez allí, completó sus estudios en la Universidad Kim Il-sung, en Pyongyang.
Tras el retorno a su país, “la princesa” no fue vista en público hasta el fallecimiento de su padre, casi diez años después. En aquella ocasión, apareció entre varios funcionarios en el funeral, a finales de 2011.
Su carrera política comenzó en 2014, cuando fue designada vicedirectora del departamento de Propaganda y Agitación del Partido de los Trabajadores, cargo por el cual fue condenada por los Estados Unidos por “abuso de los derechos humanos” y censura para ocultar “las conductas inhumanas y opresivas”.
Según la inteligencia surcoreana, la joven suele “abusar de su poder” y castigar a los miembros de su departamento por “ofensas menores”. Es tal su confianza que Yo-jong fue quien acompañó a Kim a sus dos cumbres con Trump. Pero tras ello se le recomendó que mantuviera un perfil bajo, y durante un año la hermana del líder coreano estuvo apartada del politburó. Si bien nunca estuvo salpicada en cuestiones internas relacionadas con purgas y desapariciones, sabe todo sobre ellas y hasta aconseja a su hermano.
Sólo resta saber si ante una posible ausencia de su hermano, pueda convertirse en “Líder Suprema”. Difícil. Por la fuerte tradición confucionista de Corea del Norte, para muchos es improbable que algún día se convierta en quien comande el destino del país comunista. “Ella no puede ser líder. Es una mujer”, asegura Lim Jae-cheon, una experta en la familia Kim de la Universidad de Corea en Seúl. Pero tiene un papel importante que desempeñar. “Kim Yo-jong es muy influyente”, aseguró. Quizás el momento de una mujer al frente de la amenazante potencia nuclear haya llegado y cambie su rumbo de manera rotunda.