Rusia registró este jueves otro récord de nuevos casos de COVID-19, con 36.339, y de muertes en 24 horas, con 1.036, mientras que ha aparecido una nueva subvariante de la cepa delta, que se considera más infecciosa aún, informaron las autoridades sanitarias.
De los 36.339 nuevos casos de coronavirus, 3.230 (o el 8,9%) se registraron en pacientes asintomáticos.
Los mayores incrementos se notificaron en Moscú (7.897), San Petersburgo (3.280) y en la región de Moscú (2.318).
Frente a los nuevos contagios, en las últimas 24 horas fueron dadas de alta 25.895 personas.
Además, se registraron 1.036 muertes en el día.
Moscú observó el mayor número de fallecidos en la última jornada, con 73, seguida de San Petersburgo (68) y el territorio de Krasnodar (41).
Desde el inicio de la pandemia, 227.389 personas han fallecido por coronavirus en Rusia, si bien los datos oficiales sobre exceso de muertes en el mismo periodo triplican esta cifra.
De forma acumulada el país ha identificado desde el inicio de la pandemia 8.131.164 contagios del coronavirus en sus 85 regiones.
Rusia es el quinto país del mundo con más casos de COVID-19, por detrás de Estados Unidos, la India, Brasil y el Reino Unido.
Por fallecidos, medido durante un periodo de 28 días, es ya el segundo país más afectado, por detrás solamente de EEUU, según el mapa interactivo de la Universidad Johns Hopkins.
El organismo ruso encargado de la protección del consumidor, Rospotrebnadzor, informó este jueves además de la aparición en Rusia de una nueva subvariante de la cepa delta, la AY.4.2, que es más contagiosa y podría sustituir a la variante inicial, según señaló el experto de la entidad Kamil Khafizov.
“Probablemente sea un 10% más contagiosa, según estudios extranjeros, que la variante delta original. No es mucho si lo comparamos con el 50%-60% que vimos cuando aparecieron las variantes alpha y delta”, indicó, según la agencia Interfax.
El experto está convencido que las vacunas rusas contra el COVID-19 son eficaces también contra esta subvariante.
El problema al que se enfrenta Rusia, sin embargo, es una baja tasa de vacunación -sobre todo por desconfianza- y el incumplimiento de muchos rusos de las medidas sanitarias, como por ejemplo llevar la mascarilla debajo de la nariz.
En total se han vacunado hasta el momento 47,4 millones de ciudadanos con la pauta completa, el 32,4% de la población, insuficiente para alcanzar la inmunidad de rebaño.
Ante la complicada situación epidémica, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el miércoles una semana de vacaciones retribuidas para los rusos desde el 30 de octubre al 7 de noviembre.
También autorizó a las autoridades regionales prolongar este periodo de vacaciones después del 7 de noviembre si fuera necesario.
Además, expresó su perplejidad con el hecho de que rusos con educación superior insistan en rechazar la vacunación con Sputnik V, preparado ruso aún no aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
A su vez, las autoridades de Moscú ordenaron el martes la vuelta al teletrabajo de al menos el 30% de los trabajadores no vacunados contra el coronavirus y de los que no han pasado la enfermedad, y decretaron que los mayores de 60 años en las mismas condiciones deben quedarse en sus casas hasta febrero.