Rusia expulsa diplomáticos estadounidenses en respuesta a medidas de EE.UU.
Expulsión de diplomáticos
Rusia ha anunciado la expulsión de 60 diplomáticos estadounidenses como respuesta a la acción del Gobierno de Donald Trump. La Casa Blanca echó esta misma semana al mismo número de funcionarios rusos de EE.UU. por el caso del envenenamiento del espía doble Serguéi Skripal y de su hija con un agente nervioso en Reino Unido.
Según ha informado el ministerio de Exteriores ruso, los diplomáticos tendrán un plazo de una semana (hasta el 5 de abril) para abandonar el país. Además, los representantes estadounidenses deberán abandonar el local administrativo que les fue cedido anteriormente “no más tarde del 31 de marzo”. Del total de personas que Rusia declara non gratas, 58 residen en Moscú y otros dos trabajan en el consulado de EE.UU. en Ekaterimburgo.
Cierre de consulado en San Petersburgo
El Kremlin también cerrará el consulado de EE.UU. en San Petersburgo, de la misma manera que EE.UU. anunció el cierre del consulado ruso en Seattle. Como muestra de apoyo a las autoridades británicas, también más de la mitad de países de la Unión Europea (UE) y Canadá confirmaron la expulsión de más de 150 diplomáticos rusos.
Reacciones y advertencias
En una rueda de prensa, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov comunicó que el embajador de EE.UU., John Huntsman, había sido convocado para comunicarle las medidas de represalia. Lavrov advirtió que se tomarán “medidas adicionales” si EE.UU. continúa “sus medidas hostiles” contra Rusia.
Adelantó también que Rusia no se iba a limitar a “reaccionar” ante las que calificó de “tremendas presiones” por parte de EE.UU. y el Reino Unido para que se adopten “medidas absolutamente inadmisibles” contra Rusia “bajo la excusa del caso Skripal”. Al respecto, la Cancillería advirtió en un comunicado que si EE.UU. continúa “sus medidas hostiles” contra las legaciones diplomáticas rusas en su territorio, Rusia tomará “medidas adicionales”.
Rusia mantiene que el Reino Unido no ha presentado aún prueba alguna sobre la culpabilidad rusa en el envenenamiento el pasado 4 de marzo en la ciudad británica de Salisbury de Skripal y su hija, Yulia.