Si con frecuencia se te ponen los dedos blancos por el frío y sientes cierto hormigueo en la zona, puede que tengas lo que se denomina fenómeno de Raynaud. Este problema no tiene cura pero sí puede prevenirse con ciertas medidas muy sencillas.
Con el frío, muchas personas sufren la decoloración de los dedos de las manos y de los pies. Sin hacer nada, ven cómo todos los dedos o algunos de ellos se vuelven blancos y sienten que se paralizan o notan cierto hormigueo.
Este efecto, más habitual de lo que pensamos, tiene un nombre y una explicación. Es lo que se denomina síndrome de Raynaud. Como explica a CuídatePlus Patricia Carreira, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología y reumatóloga en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, este fenómeno “consiste en el cambio de coloración de las partes más distales del cuerpo (las más alejadas, habitualmente los dedos de las manos y/o los pies), secundarias a la falta de riego sanguíneo”. Se produce “por una contracción excesiva de los vasos sanguíneos que llevan la sangre a los dedos, que se llaman arteriolas, en respuesta al frío y también en ocasiones al estrés”.
Más o menos grave
En cuanto a los síntomas, según la experta, “lo más frecuente es que los dedos se pongan, en primer lugar pálidos (fase isquémica o de falta de riego), luego morados o azules (fase cianótica) y finalmente rojos (fase de reperfusión)”. Algunos pacientes, indica, «tienen frialdad o cianosis (dedos morados o azules) de forma constante y no en episodios recortados en el tiempo. Esto no se consideraría fenómeno de Raynaud”. Este cuadro se llama acrocianosis suele acompañarse con hipersudoración en las manos.
Tampoco hay que confundir el Raynaud con el síndrome del túnel del carpo, que, como bien explica Carreira, “es el atrapamiento de los nervios de la mano en la cara interna de la muñeca y cuyos pacientes pueden presentar también hormigueos y sensación de frialdad en dedos”.
Al margen de esta apreciación, en función de la gravedad de las lesiones, existen dos tipos de fenómeno de Raynaud, primarios y secundarios, aunque la mayoría de los casos y de las consultas que se reciben en reumatología son del primer tipo. Tal y como indica la especialista, “clínicamente son muy similares, aunque existen algunas diferencias”.
El primario es el más común y se llama así “cuando los síntomas se presentan aislados y no se asocia a una enfermedad base”. Como indica Carreira, “aparece con cierta frecuencia en mujeres jóvenes, especialmente si son delgadas o han perdido peso de forma importante” y también “es muy frecuente en las personas que sufren de anorexia nerviosa y suele aparecer desde la infancia o la adolescencia”.
El secundario “aparece de forma más o menos brusca en la edad adulta, se asocia a otros síntomas, y suele ser más grave, ya que muchas veces se acompaña de formación de úlceras muy dolorosas en los pulpejos de los dedos”, indica la experta. El secundario “se produce cuando es una manifestación más de otra enfermedad reumática ya que este síndrome puede aparecer hasta en el 90% de pacientes con esclerosis sistémica; en el 10-45% de los que padecen lupus eritematoso sistémico; en el 30% de pacientes con Sjögen; en el 20% de pacientes con polimiositis y en el 20% de afectados con artritis reumatoide. Además, este tipo también puede ser secundario a algunos medicamentos, como los ergotamínicos o los betabloqueantes.
¿Aparece sólo con el frío?
En general, el fenómeno de Raynaud se desencadena por el frío, aunque “también puede provocarlo el estrés”. Otro factor de riesgo muy importante es el “tabaco, ya que la nicotina produce vasoconstricción de las arteriolas que llevan la sangre a los dedos”, explica Carreira.
A veces, añade, “el Raynaud puede aparecer en relación con medicamentos que producen vasoconstricción en las arterias, entre ellos los que destacan los ergotamínicos, que se utilizan en el tratamiento de la migraña, y los betabloqueantes, que se utilizan como hipotensores, o para algunas alteraciones cardiacas”.
También se ha descrito aparición de Raynaud “en personas que trabajan con máquinas vibradoras, como martillos neumáticos y similares”.
Qué hacer?
No se trata de un problema grave y ante síntomas leves o moderados adoptar medidas generales suele ser suficiente. Así, las recomendaciones de Carreira son “evitar el frío, el estrés y el tabaco, y, en la medida de lo posible, los fármacos vasodilatadores”. En este sentido, tal y como apunta Carreira en el documento Síndrome de Raynaud: etiología y manejo, “es esencial evitar el uso de fármacos o sustancias que puedan producir vasoconstricción, como los bloqueadores beta, el interferón, los agonistas serotoninérgicos (sumatriptan), los alcaloides, la cocaína, la cafeína o la nicotina”. Aunque, como indica, “no se ha demostrado una clara asociación del Raynaud con el tabaco, sí se ha observado una mayor incidencia de complicaciones en los pacientes fumadores”.
En relación al frío, es importante no sólo evitarlo en las zonas afectadas sino mantener una adecuada temperatura corporal con ropa de abrigo, uso de guantes, calcetines o botas.
En el caso de que el Raynaud tenga un desencadenante emocional se pueden utilizar técnicas de relajación o “terapia psicológica”, con el fin de ayudar al manejo de situaciones de estrés. Además, como apunta Carreira, en ocasiones, “se han utilizado antidepresivos, como la paroxetina a dosis bajas, que en ocasiones pueden mejorar mucho los síntomas.
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