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Por Luis Céspedes Peña

El Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad, mejor conocido como el 9-1-1, creado por el gobierno del Presidente Danilo Medina, fue una de las instituciones más funcionales, pero hoy es una de las más criticadas por la población, al extremo de que hay denuncias de que en ese organismo no se suministran las informaciones que las autoridades judiciales solicitan, atendiendo  supuestamente a intereses particulares.

Los más afectados por la cuestionada labor del 9-1-1 de Santiago,  son los Juzgados de Paz de la mayoría de los Municipios y Distritos Municipales de la Provincia de Santiago, donde sus fiscales tienen muchos casos pendientes, porque esa entidad no les responde a las solicitudes de revisiones de cámaras.

El Juzgado de Paz de Tamboril, uno de los más eficientes de la Provincia de Santiago, tiene varios casos, incluyendo de muertes de personas, como es el que afecta a nuestra familia, donde falleció mi hijo, Luis Norberto Céspedes Vega, y pesar de que en el lugar hay seis cámaras, dos de ellas del 9-1-1, no hay forma de que las autoridades judiciales reciban las informaciones solicitadas.

Debemos señalar que en el caso de la muerte de mi hijo, el caso fue asumido por el fiscal general de Santiago, Osvaldo Bonilla, quien designó a su ayudante, magistrado Mario Almonte, para que siga las averiguaciones en el 9-1-1, pero tampoco recibe respuesta de la solicitud que éste le hizo. 

Es una de las razones que provocan que parte de la población esté cuestionando la falta de honestidad del 9-1-1 de Santiago, llegando a comentar que ahí se supuestamente se soborna a servidores para que oculten informaciones valiosas para las autoridades judiciales, aunque  los más afectados directamente con los hechos, son los familiares  de víctimas o fallecidos.

Son de las cosas que siguen acabando con la popularidad  del Presidente Luis Abinader, en el caso de Santiago, donde su gobierno realiza grandes inversiones públicas, pero opacadas por la irresponsabilidad de la mayoría de los funcionarios del Partido Revolucionario Moderno (PRM).   

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Son funcionarios que no funcionan. No hay uno que conserve un liderazgo aceptable. Y eso hará que el PRM pierda otra vez las elecciones municipales. Y aunque el Presidente Abinader ganó en el Cibao, en las elecciones del 2016, pero perdiendo los comicios nacionales, lo que repitió en el 2020, ganando las presidenciales con el senador, ahora la gran debilidad de sus colaborares  está poniendo el riesgo todo el proceso electoral en esta zona.   

De las instituciones públicas del Gobierno Central, exceptuando el Banco de Reservas, en el caso de Santiago, el 9-1-1 era la que había conservado cierto grado de operatividad, pero ya requiere de un cambio, dentro del llamado cambio, para que los Tribunales de Justicia, especialmente de los Municipios y Distritos adyacentes, puedan cumplir sus roles, opacados por la irresponsabilidad de ese organismo.

En Tamboril hay varios casos pendientes, porque el 9-1-1 no responde a las solicitudes oficiales. Ya se habla de que se organizarán protestas en algunos Municipios, en contra del 9-1-1.

Hay que reconocer que el Presidente Abinader, a pesar de las críticas por los altos precios de todos los productos que perjudican a los consumidores, como los alimentos, las medicinas y los materiales para la construcción, conserva una popularidad, baja en Santiago, como en el Gran Santo Domingo, está maniobrando, como es el caso de un aumento en los nombramientos de personas en instituciones públicas, para tratar de mejorar su imagen.  

Eso está forzando al Presidente Abinader a avanzar en las alianzas políticas. Está aprovechando la debilidad que tiene la oposición, para ponerse de acuerdo para la formación de un frente que detenga a Abinader, aspirante a la reelección presidencial, quien se está moviendo en los contactos con pequeños partidos o movimientos políticos, al estilo del fallecido Joaquín Balaguer.

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Excepto el aspirante presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Abel Martínez, y ocasionalmente el ex Presidente Leonel Fernández Reyna, la oposición al gobierno es muy pobre.  Al gobernante le favorece que es cibaeño, hijo del fallecido ex senador José Rafael Abinader, nativo de Tamboril. Y su madre también era del Cibao. Pero sus funcionarios, incluyendo a los del 9-1-1, podrían provocarle una gran derrota fundamentalmente en la Provincia de Santiago.

Ulises Rodríguez, el presidente del Comité Provincial del PRM, era lo único que esa entidad podría presentar para la Alcaldía, con la esperanza de que compitiera en las elecciones, pero los números dicen que está muy bajo.

Y en la senadoría, Abinader no tiene otra opción que repetir con el aliado Eduardo Estrella. Las otras alianzas, al día de hoy, no sabemos mañana, básicamente en Santiago, no aportan ese candidato ganador y menos el PRM. Un movimiento de cambios de funcionarios, incluyendo a la mayoría de ministros o directores generales a nivel nacional, podría aportar buenos efectos, si los nuevos son operativos, pero Abinader podría chocar otros intereses que siguen estando a su lado, aunque casi no suman votos directos, pero sí muchísimos millones de pesos.       

El PRM tiene algunas reservas, como son los casos de Marcos Martínez, Víctor Méndez y José María Díaz, en el caso de Santiago, que es la provincia que más le interesa controlar al Presidente Abinader, pero no sabemos por qué no los utiliza. La provincia de Santiago, la madre de las restantes 13 del Cibao, es la que refleja en la zona  el resultado del triunfo o la derrota para cualquier aspirante presidencial.

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