La banana es una de las frutas más consumidas en el mundo. Esto se debe a que es barata, tiene un sabor muy agradable, se puede combinar sencillamente en distintos platillos y es fácil de transportar, almacenar y desechar.
También tiene muchas propiedades medicinales, especialmente cardioprotectoras. Veamos a qué se deben estos beneficios y cómo puedes aprovecharlos de la mejor manera.
Las bananas se caracterizan por ser ricas en vitaminas, especialmente B y C, ácido fólico y pantoténico, niacina, y minerales, como calcio, fósforo, magnesio y manganeso.
Sin embargo, su mineral más conocido y al que le debe la mayoría de sus propiedades es el potasio. Este es un tipo de electrolito, una sustancia que ayuda al cuerpo a:
- Eliminar los desechos celulares.
- Equilibrar la cantidad de agua.
- Equilibrar el pH (nivel de acidez o alcalinidad).
- Transportar nutrientes.
- Garantizar el correcto funcionamiento de los nervios, músculos, cerebro y corazón.
Por este motivo, consumir bananas regularmente se asocia a muchas bondades:
- Aliviar la hinchazón.
- Controlar los niveles de azúcar en sangre.
- Cuidar la salud intestinal.
- Facilitar el aumento de masa corporal.
- Fortalecer los huesos.
- Prevenir trastornos mentales.
Otro aspecto clave de la banana es que su alta presencia de potasio se combina con una baja cantidad de sodio. Muchos especialistas coinciden que esto la convierte en un gran alimento para ayudar a disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca.
¿Cómo ayudan las bananas al corazón?
Consumir bananas es una buena forma de cuidar nuestro corazón por muchos motivo. Por un lado, el potasio ayuda a reducir los niveles de presión arterial, disminuyendo el riesgo de hipertensión.
Bananas: 10 motivos para sumarlas a la dieta
Esto se debe a que funciona como vasodilatador, favoreciendo el correcto flujo sanguíneo y ayudando a disminuir la tensión de las paredes de los vasos sanguíneos.
Por su función como vasodilatador, el potasio también se vincula a la prevención de los accidentes cerebrovasculares (ACV) o strokes. Estas afecciones ocurren cuando el flujo sanguíneo del cerebro se ve afectado, causado daño a las células cerebrales.
Otro aspecto clave para cuidar la salud cardiovascular, es que el potasio estimula la eliminación natural de sodio por la orina. El sodio es un factor de riesgo conocido de la enfermedad cardíaca.
Además, la combinación de potasio y fibra que encontramos en las bananas funcionan muy bien para “limpiar” el colesterol del torrente sanguíneo.
Mantener los niveles de colesterol en sangre bajos es fundamental para prevenir la enfermedad arterial coronaria, el tipo más común de enfermedad cardiaca. Esta se caracteriza por el endurecimiento y estrechamiento de las arterias que suministran sangre al músculo cardíaco.
¿Cómo comer bananas?
Como señalamos, la practicidad y versatilidad de las bananas es una de sus principales virtudes. Puedes incorporar banana en tu dieta de muchas formas:
- Comiéndola al natural.
- En batidos y jugos con otras frutas y vegetales.
- En postres. Puedes congelar sus rodajas, hacerla puré para que quede suave y realzar su sabor con cacao, mantequilla de almendras o canela.
- En rodajas con cereal (frío o caliente).
- En sándwiches con mantequilla de maní.
Otra opción muy saludable es en infusión. Para preparar té de banana corta sus extremos, sin retirar la cáscara, y sumérgela en agua hirviendo durante 10 minutos.
Preferentemente realiza la decocción a fuego mínimo. Déjala reposar unos minutos, pásala por un colador, agrégale una pizca de canela y disfrútala.
¿Cuánto potasio consumir?
Aunque el potasio cuenta con una muy buena reputación, la clave para aprovechar sus beneficios se encuentra en la moderación.
Cuál es la mejor hora para comer una banana
Los bajos niveles de potasio en el cuerpo, lo que se conoce como hipopotasemia, pueden provocar músculos débiles, ritmos anormales del corazón y un ligero aumento de la presión arterial.
Mientras que demasiado potasio en sangre, lo que se conoce como hiperpotasemia, puede causar ritmos cardíacos anormales y peligrosos.
El Centro de Nutrición y Alimentos del Instituto de Medicina recomienda el siguiente consumo diario de potasio, según la edad:
- De 0 a 6 meses: 0.4 g.
- De 7 a 12 meses: 0.7 g.
- De 1 a 3 años: 3 g.
- De 4 a 8 años: 3.8 g.
- De 9 a 13 años: 4.5 g.
- De 14 a 18 años: 4.7 g.
- De 19 años en adelante: 4.7 g.
- Mujeres en período de lactancia: 5.1 g.
Como referencia, una sola banana aporta alrededor de 450 mg de potasio. Aunque esta fruta es la opción más conocida para obtenerlo, puedes sumarlo fácilmente a tu alimentación con otros alimentos:
- Una taza de lentejas aporta 731 mg de potasio.
- Una taza de papa dulce o batata aporta 694 mg de potasio.
- Una taza de almejas aporta 534 mg de potasio.
- Una taza de tomates en lata aporta 528 mg de potasio.
- Una taza de remolachas aporta 519 mg de potasio.
- Una taza de calabaza aporta 505 mg de potasio.
- Una taza de repollitos de Bruselas aporta 495 mg de potasio.
- Una taza de jugo de naranja aporta 473 mg de potasio.
- Una taza de sopa de pollo aporta 367 mg de potasio.
- Una taza de leche descremada (2%) aporta 342 mg de potasio.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.