Por AP
Perú amaneció ayer sumido en la incertidumbre y con las calles cercanas al palacio presidencial y al Parlamento cerradas con rejas luego de que el presidente Martín Vizcarra disolvió el Congreso, dominado por la oposición, y éste le respondió suspendiéndolo por un año por incapacidad moral.
Poco después la Organización de Estados Americanos dijo que el Tribunal Constitucional de Perú debe pronunciarse sobre la legalidad de la disolución del Congreso y la respuesta del Parlamento, que reemplazó al mandatario por la vicepresidenta Mercedes Aráoz.
En un comunicado la OEA valoró como un “paso constructivo” que Vizcarra haya convocado a elecciones legislativas para el 26 de enero de 2020 “y que la decisión definitiva recaiga sobre el pueblo peruano”. Los nuevos 130 legisladores culminarán su gestión el 28 de julio de 2021 cuando junto a Vizcarra entregarán el poder a la siguiente administración Ejecutiva y Legislativa.
Decenas de peruanos comenzaron a apostarse detrás de las rejas para apoyar por segundo día la decisión de Vizcarra de disolver el Congreso. Otros miles salieron la víspera a celebrar el “cierre del nido de las ratas”, en referencia al desprestigiado Parlamento unicameral, mientras las fuerzas armadas y policiales junto a la Asamblea de Gobiernos Regionales le mostraron su respaldo.
Por el contrario, Aráoz no recibió apoyo de ninguna institución pública salvo del Parlamento luego de que fuera disuelto, por lo que sus decisiones no tienen ningún valor, dijo a The Associated Press César Landa.