Un ex miembro de la Junta Central Electoral (JCE), experto en Derecho Constitucional y Derecho Electoral, advirtió que sería “una tragedia para el país, una tragedia para la institucionalidad, un rompimiento con el orden democrático”, si en la República Dominicana no se produce un traspaso de mando político, el 16 de agosto próximo, posibilidad que ya comienza a ser analizada.
Eddy Olivares precisó que, independientemente de las circunstancias sanitarias por el COVID 19 que existan en el país al 5 de julio, fecha fijada por el órgano comicial para las elecciones presidenciales y congresuales, los órganos del Estado y los partidos políticos deben propiciar la garantía y protección para que la gente acuda a las urnas, sin mayores riesgos.
“El improbable caso que no haya elecciones el día 5 de julio sería una tragedia para el país, una tragedia para la institucionalidad, es un rompimiento del orden constitucional, del orden democrático. Con eso no se puede jugar. Eso hay que tomarlo bien en serio, para evitarle al país una situación sumamente delicada”, proclamó.
Entrevistado por Patricia Arache, Rosa Alcántara y Tatiana Rosario en el programa El Gobierno de las Mujeres, que se transmite de lunes a viernes por Neón 89.3 FM y una amplia plataforma digital, Olivares expresó que “no existe posibilidad dentro del orden constitucional de que no haya traspaso de mando el 16 de agosto”.
Dijo que si eso se produjese, el país caería en “el abismo institucional, y tenemos que evitar eso. No podemos caer en esa aventura. Tenemos que ser muy cuidadosos, no podemos tomarnos esto a la ligera. Yo pienso que vamos a tener elecciones el día 5 y serán buenas, bien organizadas y con una buena participación.
El también dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) resaltó el éxito de las elecciones congresuales de Corea del Sur, en medio de estrictas medidas sanitarias para evitar nuevos brotes de coronavirus en el país, convirtiéndose en uno de los primeros comicios tras la pandemia y que contó con una participación récord.
Olivares, asimismo, consideró que el informe técnico de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las frustradas elecciones municipales del 16 de febrero pasado que posteriormente se llevaron a cabo el 15 de marzo, en el que establecen debilidades y fallas en los equipos, deja sus dudas razonables, porque nunca se sabrá si hubo manos intencionales para que se abortara el proceso.
Agregó que la JCE tiene que ser muy cuidadosa para que no deje nebulosas, y asumir con responsabilidad el gran desafío que es montar el proceso electoral del 5 de julio de la manera más íntegra, diáfana y confiable.
“Para eso tiene que asumir posiciones firmes en relación al papel de cada uno de los actores del proceso, velar porque no se usen los recursos del Estado, que los gastos sean controlados de la mejor manera posible y que las decisiones del órgano se adopten siempre con equidad”.