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Después de un año de campaña de primarias en el que ha guardado absoluto silencio, el expresidente pide el voto para el que fue su segundo durante dos mandatos

Altice

El expresidente de Estados Unidos Barack Obama ha dado su apoyo público al exvicepresidente Joe Biden este martes para ser el candidato demócrata a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre. Con el apoyo de Obama se cierra definitivamente el círculo de unas primarias que comenzaron hace un año con más de una veintena de aspirantes y en las que el debate ha pivotado sobre la renovación de las ideas y las caras del partido frente al establishment. El pronunciamiento de Obama, que ha guardado un escrupuloso silencio en todo el proceso, llega un día después de que el principal rival de Biden, el senador Bernie Sanders, le diera su apoyo inequívoco en un vídeo conjunto. En el mensaje de Obama, emitido también en vídeo, el expresidente apela directamente al partido a plantear un “cambio estructural real”, y asume que Sanders y el coronavirus han cambiado por completo el discurso demócrata en 2020.

“Escoger a Joe para ser mi vicepresidente fue una de las mejores decisiones que he tomado. Se convirtió en un buen amigo. Creo que Joe tiene todas las cualidades que necesitamos en un presidente en estos momentos”, ha declarado Obama en el vídeo. Igual que al principio de las primarias dejó claro que respetaría el proceso desde la distancia, una vez resuelto, Obama anuncia que se propone “hacer campaña agresivamente” a favor del candidato, que fue su número dos durante los ocho años que duraron sus dos mandatos consecutivos.

Su anuncio llega cuando ya no tiene ninguna influencia sobre el resultado de las primarias. Biden emergió como ganador tras una remontada que queda para los libros de Historia. Las primarias de Nevada dejaron claro que mientras hubiera varios candidatos moderados, Bernie Sanders podía seguir ganando con el apoyo de un tercio del partido. El día antes de las primarias de Carolina del Sur, la campaña de Biden convenció a otros dos candidatos de que se retiraran y le apoyaran públicamente. Biden arrasó en esas primarias y ha seguido ganando desde entonces hasta hacer la victoria de Sanders imposible. El senador por Vermont sigue en la papeleta, pero las primarias acabaron oficiosamente cuando el lunes apareció en un mensaje conjunto en video dando su apoyo a Biden.


En un país puesto en pausa por la crisis del coronavirus y donde nadie sabe a ciencia cierta cómo se va a desarrollar la campaña, el discurso de Obama dio algunas pistas sobre los argumentos que están por venir. “Déjenme empezar señalando lo obvio, estos no son tiempos normales”, empieza Obama en su alocución, difundida desde su casa a través de un video en redes sociales. Quizá en otras circunstancias, la puesta en escena habría sido diferente. Obama arranca diciendo: “El tipo de liderazgo que está basado en el conocimiento y en la experiencia, en la humildad y la honestidad, la empatía y la elegancia, ese tipo de liderazgo no solo tiene que estar en los capitolios estatales y las alcaldías. Tiene que estar en la Casa Blanca”.

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Obama se apunta así al primer gran argumento de campaña que está cuajando de cara a noviembre, y es la imagen de líder caótico que da Donald Trump, inmune a las críticas y los datos, al frente del país. Están muriendo miles de personas por coronavirus y la economía se dirige a una recesión sin precedentes en un siglo. “Joe estaba ahí cuando reconstruimos la economía tras la Gran Recesión y rescatamos la industria del automóvil”, dice Obama. “Él era el que preguntaba qué aportaba cada decisión política a la clase media”. Más aún, “Joe me ayudó a gestionar el H1N1 (el anterior virus con potencial de pandemia) y prevenir la epidemia del ébola”, dice Obama. “Joe tiene el carácter y la experiencia para guiarnos en uno de nuestros momentos más oscuros y sanarnos en una recuperación que será larga”.

Donde sí es relevante el discurso de Obama es en la tarea de unificación del partido tras la excitación de una amplia base izquierdista que veía en el senador Bernie Sanders la esperanza de una transformación del Partido Demócrata de EE UU en una especie de partido socialdemócrata a la europea. Joe Biden es la máxima representación de un supuesto establishment antiguo y falto de ambición progresista que una parte de ese electorado mira con mucho resentimiento. La tarea ha empezado pronto, al contrario que en 2016, y tiene al propio Sanders como su principal valedor, pero en estos momentos nadie puede dar esos votos por seguros.

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Obama dice sobre Sanders: “Los dos sabemos que no hay nada más poderoso que millones de voces pidiendo cambio. Y las ideas que ha defendido, el entusiasmo y la energía que ha inspirado, especialmente entre los jóvenes, serán fundamentales para mover a Estados Unidos en una dirección de esperanza y progreso”. Tan importante es que Sanders haya admitido su derrota a tiempo como que la campaña de Biden asuma buena parte de los postulados del senador para integrar a un votante al que las palabras de Obama no le dicen nada, como se demostró en 2016.

Si hay una cosa que se puede esperar de Obama es la elección de las palabras precisas, en el orden preciso. “El mundo no es como en 2008”, dijo. Desde antes de la pandemia “estaba claro que necesitábamos un cambio estructural real”. Obama pide en su alocución que el partido vaya “más allá” en la expansión de la cobertura médica que él puso en marcha y “dar a todos una opción pública”. Cómo hacerlo ha sido el principal punto de fricción entre los demócratas y se puede anticipar como el gran debate de la convención de este verano. Pero Obama advierte: “El futuro de nuestro país depende de esta elección”.

La actitud de Obama en estas primarias se estudiará como un ejemplo de hacer la esfinge en política. Con un partido aparentemente muy dividido, los demócratas han buscado durante meses en Obama al oráculo que les diera una pista sobre la dirección a tomar. Varios candidatos han utilizado sus imágenes de archivo con Obama en los anuncios electorales. El político con más seguidores en Twitter del mundo se las ha apañado para seguir la actualidad, felicitar las fiestas y mantenerse en activo ignorando por completo lo que estaba pasando. Menos un día. Durante un acto de un grupo demócrata el pasado noviembre, dijo que “el americano medio no cree que haya que echar abajo el sistema para reconstruirlo”. Era un mensaje a los jóvenes. Sus palabras fueron estudiadas por los kremlinólogos demócratas para concluir que eran una advertencia contra las promesas revolucionarias de Bernie Sanders y a favor de opciones más moderadas.

PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL

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