Por JUAN T H
Los sectores más reaccionarios, depredadores del Estado durante 20 años, han iniciado un proceso de unidad con miras a derrotar, tanto en las elecciones municipales como congresuales y presidenciales al Partido Revolucionario Moderno y al presidente Luís Abinader.
¡Favor que le hacen! Abinader debió subir por lo menos diez puntos en las encuestas al ver al ingeniero Miguel Vargas en el papel de “vocero”; el hombre que dijo no subirse en una patana para buscar los votos que le darían la victoria a Hipólito Mejía en el 2012; el mismo sujeto que actuó como “Caballo de Troya” firmando el “pacto de las corbatas azules” en contra de su partido. ¡Traidor que no pagará su culpa histórica ni con la muerte!
Los patrocinadores del “Pacto de los Corruptos” pretenden volver al Poder para continuar saqueando al Estado a través de actos reñido con la ética y la moral, como lo hicieron en el pasado reciente, acumulando fortunas incalculables que no pueden explicar y que hoy disfrutan porque lograron blindarse creando un sistema judicial permeado por la corrupción.
La alianza del Partido de la Liberación Dominicana, la Fuerza del Pueblo y del otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano, hoy convertido en una entelequia que ni siquiera aparece en las encuestas, no logrará su objetivo de ganar las elecciones y volver al gobierno. ¡NO PASARÁN!
A los promotores del “Pacto por la Corrupción y la Impunidad” les tengo una mala noticia: ¡NO PASARAN! ¡No PASARAN! No porque el PRM esté realizando el gobierno que el pueblo esperaba, produciendo cambios sustanciales en todas las instituciones del Estado, incluyendo la Justicia para llevar a la cárcel a los ladrones de la política, como lo prometió el presidente Abinader, sino porque, a pesar de ello, el mandatario ha demostrado ser un hombre correcto, de buenas prácticas políticas, trabajador y honrado, que vela por el buen uso de los recursos públicos.
La diferencia entre el presidente Abinader, Leonel Fernández, Danilo Medina, Abel Martínez y el lacayo de Miguel Vargas, es del cielo a la tierra, comenzando con qué Abinader llegó rico al poder, en tanto que sus adversarios se enriquecieron al amparo del poder, donde se corrompieron de manera exorbitante.
(“Llegaron en Chancletas y salieron en Yipetas”, helicópteros, aviones, limosina, apartamentos de lujo, villas en los principales centros turísticos del país y del extranjero, fincas, cuentas bancarias en pesos, dólares y hasta libras esterlinas, que jamás podrán justificar porque no es el fruto del trabajo honrado, es resultado por su paso por el poder, como lo prueba la Fundación Global, Democracia y Desarrollo, que más que un centro de pensamiento, es el “cuerpo del delito” que alguna vez, cuando la justicia sea justicia, tendrá que volver a las manos del pueblo, su legítimo dueño)
Los cambios que prometió Abinader no han sido todo lo profundo que hemos esperado. La culpa no ha sido exactamente suya, sino de las circunstancias que le han rodeado durante sus tres años de gobierno, porque, como decía Ortega y Gasset, y repitió el doctor Balaguer, “el hombre es él y sus circunstancias”. Y esas circunstancias: Estado hipertrofiado, corrompido de los pies a la cabeza, con una estructura judicial igualmente corrompida, como las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, en una sociedad enferma con un cáncer que hace tiempo hizo metástasis en su tejido, no permitieron hacer todo cuando se prometió, porque efectivamente, “una cosa es con guitarra y otra cosa es con violín”.
A la situación encontrada a la llegada al gobierno, el presidente Abinader tuvo que enfrentar, como en efecto lo hizo, la pandemia con sus consecuencias en el empleo, el turismo, la economía, etc., etc. No bien salía airoso de la pandemia, cuando estalló la guerra de Estados Unidos, Europa y Rusia, teniendo como escenario a Ucrania, elevando los precios de los combustibles, los cereales, sorgo, maíz, trigo, los fletes, etc., y con ello el costo de la vida en todo el mundo.
Al presidente Abinader no le ha sido fácil gobernar el país y sacarlo a flote en medio de tantas circunstancias adversas. Este país se ha mantenido a flote gracias a la perseverancia, el trabajo, la dedicación y la honradez de un hombre como él, inteligente, capaz, honrado y trabajador.
La República Dominicana en manos del PLD, Leonel-Danilo, durante la pandemia y la guerra, habría sucumbido, sin dudas, debido a la corrupción, la inseguridad ciudadana, la crisis económica y la inflación. Medio país habría sucumbido por la pandemia. ¡Todavía estaríamos contando los muertos! ¡Este país está de pies pese a las adversidades gracias al trabajo del presidente Abinader y de su gobierno!
Este país -lo digo con absoluta certeza- no volverá al pasado ominoso de robo, saqueo, lavado de activo, narcotráfico, crimen organizado, inseguridad ciudadana, corrupción e impunidad. Este país -lo repito- no caerá en el oscurantismo propiciado por aquellos que sólo piensan en sí mismos, no en el pueblo. ¡Los corruptos no pasarán!
El escenario político-electoral está claramente definido, para que nadie se confunda: De un lado, los corruptos, del otro, los que luchan por terminar con ese flagelo porque efectivamente, el dinero alcanza para construir hospitales, escuelas, viviendas, puentes y carreteras, cuando no se lo roban”.
Excelente radiografía de la situación socio político electoral del presente.