La historia de Margarita Grachióva: una lucha contra la violencia machista
Una nueva esperanza con una prótesis biónica
Margarita Grachióva, una joven víctima de violencia machista en Rusia, ha dado un paso importante en su proceso de recuperación al estrenar una prótesis biónica para una de sus manos, la cual fue amputada por su entonces esposo en un acto de extrema crueldad a finales de 2017.
En una publicación en la red social Vkontakte, Margarita compartió la noticia de que había recibido dos versiones de la prótesis para su mano derecha, fabricadas en Alemania. Una de ellas es más sencilla, con movimientos limitados, mientras que la otra es más funcional y le permitirá incluso manejar un ordenador. A pesar de las terribles circunstancias que ha enfrentado, Margarita muestra una actitud optimista y agradecida en las fotos que ha compartido.
Un caso de crueldad extrema que conmocionó a Rusia
La historia de Margarita Grachióva, residente de la región de Moscú, se convirtió en un caso que conmocionó a toda Rusia en diciembre pasado. Su esposo Dmitri la llevó a un bosque, donde la torturó durante casi una hora, amputándole los dedos y distintas partes de las manos con un hacha. Después de cometer este acto atroz, la llevó al hospital y se entregó a la Policía, justificando su acción por los celos.
La pareja, que había estado casada durante cinco años y tenía dos hijos, se vio envuelta en una situación de violencia cuando Margarita decidió pedir el divorcio en septiembre de 2017 debido a problemas en la convivencia. La reacción de su esposo fue violenta y obsesiva, llegando al extremo de amputarle ambas manos en un acto de brutalidad sin precedentes.
Un camino hacia la recuperación y la justicia
Tras una complicada cirugía, los médicos lograron salvar parcialmente la mano izquierda de Margarita, pero la derecha requirió una prótesis biónica. Gracias al apoyo de personas de todo el país y patrocinadores, se logró recaudar fondos para cubrir el tratamiento y la fabricación de la prótesis en Alemania.
En enero de este año, Margarita finalizó el proceso de divorcio y ahora busca revocar los derechos de paternidad de su exmarido sobre sus hijos. Mientras Dmitri enfrenta cargos criminales y permanece encarcelado, Margarita sigue recibiendo amenazas y acoso por parte de él, lo que la mantiene en constante temor por su seguridad.
La valentía y determinación de Margarita Grachióva en su lucha contra la violencia machista son un ejemplo de resiliencia y esperanza para todas las personas que han sido víctimas de situaciones similares. Su historia nos recuerda la importancia de apoyar y proteger a quienes sufren violencia de género, así como la necesidad de erradicar este tipo de comportamientos en nuestra sociedad.