Las autoridades policiales en el Comando regional Nordeste anunciaron que iniciaron las investigaciones correspondientes en torno a la muerte de un niño de tan solo un año que murió ahogado cuando se encontraba en un centro de atención integral de esta ciudad.
El infante que fue identificado como Maikel Esmil de Castro Álvarez, era de la señora Carmen Álvarez Muñoz, y Manuel Castro Álvarez, de acuerdo a los informes de las autoridades el infante falleció en un recipiente con agua cuando se encontraba en el Centro de Atención Integral a la Primera Infancia CAIPI , ubicado en la calle Castillo, parte norte de la población donde recibía atenciones.
El hecho que se produjo a media mañana de este viernes ha llenado de consternación a la población especialmente a los padres del niño que no dejan de sorprenderse por la tragedia.
Según los informes preliminares del suceso el niño murió de asfixia por inmersión tras supuestamente caer dentro de una cubeta de agua, mientras se encontraba bajo cuidado en la referida estancia infantil del Gobierno.
Hasta el momento las autoridades no han ofrecido detalles del hecho, mientras que el cadáver del menor fue trasladado al INACIF del hospital público de aquí, donde permanece para los fines correspondientes.
El centro esta tarde emitió un comunicado donde lamenta la muerte del Niño, donde manifiesta además que el hecho está siendo investigado, ‘’Garantizamos que una vez se obtenga los resultados velaremos porque se establezcan las responsabilidad y consecuencias correspondientes’’ dice el documento.
El menor era el único hijo de la señora Carmen Álvarez Muñoz, y Manuel Castro Álvarez, quienes reclaman que el hecho sea aclarado, ya que no se justifica que el menor fuera dejado solo, en una cubeta de agua.
Los padres dijeron que la muerte de un único hijo representa un gran dolor al tiempo de reclamar que se haga justicia.
En el comando Nordeste, informaron que los cuerpos investigativos de la policía están realizando las investigaciones para en las próximas horas dará un informe del mismo.
Por Narciso Acevedo
