Comer tofu y alimentos que contienen mayores cantidades de isoflavonas se asoció con un menor riesgo de enfermedad cardíaca en mujeres jóvenes y mujeres postmenopáusicas que no toman hormonas, según un estudio publicado en la revista Circulation, que edita la Asociación Americana del Corazón.
Las isoflavonas son sustancias de la familia de los fitoestrógenos que producen algunas plantas y que se encuentran en ciertos granos verdes y la soja.
El tofu, que se prepara con leche de soja, tiene un alto componente de isoflavonas.
El trabajo realizado por investigadores de la Escuela de Medicina T.H. Chan de Harvard y el Hospital Brigham and Women’s, ambos en Boston, Massachusetts, analizaron datos de más de 200,000 personas que participaron en tres estudios prospectivos de salud y nutrición.
Todos los participantes estaban libres de cáncer y enfermedades cardíacas cuando comenzaron los estudios. Después de eliminar otros factores que aumentan el riesgo cardíaco, los investigadores encontraron lo siguiente:
- El consumo de tofu más de una vez a la semana se asoció con un riesgo 18% menor de enfermedad cardíaca, en comparación con un riesgo 12% menor para quienes comieron tofu menos de una vez al mes; y
- La asociación favorable con el consumo regular de tofu se encontró principalmente en mujeres jóvenes antes de la menopausia o en mujeres posmenopáusicas que no tomaban hormonas.
“A pesar de estos hallazgos, no creo que el tofu sea de ninguna manera una bala mágica”, dijo el autor principal del estudio, el doctor Qi Sun. “La calidad general de la dieta sigue siendo crítica, y el tofu puede ser un componente muy saludable”.
Sun señaló que las poblaciones que tradicionalmente consumen dietas ricas en isoflavonas, incluido el tofu, como en China y Japón, tienen un menor riesgo de enfermedad cardíaca en comparación con las poblaciones que siguen una dieta rica en carne y vegetales.
Sin embargo, enfatizó que los beneficios potenciales del tofu y las isoflavonas en su relación con la enfermedad cardíaca necesitan más investigación.
El controversial tofu
El tofu, que es la cuajada de soja, y la soya entera como el edamame son fuentes ricas de isoflavonas. Los garbanzos, las habas, los pistachos, el maní y otras frutas y nueces también tienen un componente importante de estos fitoestrógenos.
Sin embargo, la leche de soya tiende a ser altamente procesada y a menudo se endulza con azúcar, señaló Sun. Este estudio no encontró una asociación significativa entre el consumo de leche de soya y un menor riesgo de enfermedad cardíaca.
El tofu, que es originario de China, se produce con el mismo procedimiento con el que se hace un queso. Se lo mezcla con la leche de soya y el nigari, que es un extracto de sal marina. Esto permite que el tofu tenga su consistencia sólida.
Algunos consideran que es un alimento que hay que evitar porque en muchas casos está modificado genéticamente. Sin embargo, hay versiones orgánicas y naturales.
Otros aseguran que es el alimento que ha salvado a la humanidad de la hambruna.
Una porción de 100 gramos de tofu contiene entre 20 y 24 miligramos de isoflavonas.
Corazón y tofu
“Otros ensayos en humanos y estudios en animales de isoflavonas, tofu y marcadores de riesgo cardiovascular también han indicado efectos positivos, por lo que las personas con un riesgo elevado de desarrollar enfermedades cardíacas deben evaluar sus dietas”, dijo.
“Si la dieta está repleta de alimentos poco saludables, como carne roja, bebidas azucaradas y carbohidratos refinados, deberían cambiarse a alternativas más saludables. El tofu y otros alimentos ricos en isoflavonas a base de plantas son excelentes fuentes de proteínas y alternativas a las proteínas animales”.
En el estudio, los investigadores analizaron datos de salud de más de 74,000 mujeres del Estudio de Salud de Enfermeras (NHS) de 1984 a 2012; aproximadamente 94,000 mujeres en el estudio NHSII entre 1991 y 2013; y más de 42,000 hombres que participaron en el Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud de 1986 a 2012.
Sun enfatizó que el estudio debe interpretarse con precaución porque sus observaciones encontraron una relación pero no probaron la causalidad. Muchos otros factores pueden influir en el desarrollo de enfermedades del corazón, incluido el ejercicio físico, los antecedentes familiares y los hábitos de vida de una persona.
“Por ejemplo, las mujeres más jóvenes que son más activas físicamente y hacen más ejercicio tienden a seguir dietas más saludables basadas en plantas que pueden incluir más alimentos ricos en isoflavonas como el tofu. Aunque hemos controlado estos factores, se recomienda precaución al interpretar estos resultados”, dijo Sun.
En 2006, las recomendaciones de dieta y estilo de vida de de la American Heart Association incluyeron el consumo de soja y las isoflavonas como parte de la salud cardiovascular.