Un día como hoy, 1 de noviembre de 1974, fue asesinada Mamá Tingó, una activista y defensora de los derechos del campesino en el país.
Su verdadero nombre era Florinda Soriano Muñoz. Mamá Tingo fue asesinada luchando contra el despojo injustificado de tierras a los campesinos residentes de Hato Viejo en Yamasá durante el segundo gobierno de Joaquín Balaguer.
Nació el 8 de noviembre de 1921. Era hija natural de Eusebia Soriano. Fue bautizada en la parroquia Espíritu Santo de esta comunidad de Villa Mella, el día 6 de diciembre de 1922. Contrajo matrimonio con un campesino llamado Felipe con el cual procreó una familia.
Fue una líder campesina que se destacó por defender el derecho que tiene el hombre del campo de labrar la tierra, esta lucha era por la recuperación de tierras que estaban en manos de terratenientes, políticos y militares que las habían adquirido de manera fraudulenta, adueñándose de prados y hatos que habían sido cuna y medio de trabajo y subsistencia para unas 350 familias congregadas en La Liga Agraria Cristiana.
Murió asesinada en el período conocido por los 12 años de Joaquín Balaguer 1974 en Gualey, Hato Viejo, de Yamasá, a manos de Ernesto Díaz, quien la mató por interponer una querella en contra del terrateniente Pablo Díaz. Ernesto le segó la vida frente a su esposo. A la hora de su muerte tenía 53 años de edad.
El primero de noviembre de cada año se conmemora el aniversario de su muerte.
Mamá Tingó es un símbolo de la lucha por la tierra y un ejemplo de la mujer rural en la defensa de los derechos del campesinado en República Dominicana y toda América Latina y el Caribe.
Mamá Tingó era un militante de la Liga Agraria Cristiana de una comunidad de 350 familias pobres, que venían luchando por varios años por la tierra que los vio nacer y que trabajaron varias décadas, pero terratenientes y políticos disfrutaban de los títulos de propiedad, en forma mal adquirida.