De todos los tatuajes que se ha hecho, los más dolorosos fueron los del empeine y los tobillos.
“El dolor es una forma que tiene el cuerpo para protegerse a sí mismo, y los nervios son los responsables de detectar el dolor”, explica la docente en el podcast de la BBC “Enséñame una lección”.
“Será más doloroso hacerse un tatuaje donde hay menos grasa y más nervios“, detalla en conversación con los presentadores Bella Mackie y Greg James.
Además de los pies y los tobillos, las espinillas, las axilas y la caja torácica se suman a la lista de zonas sensibles, asegura Wilsher, aunque todo depende de la sensibilidad de cada persona.
“Los nervios del área que se está pinchando cuando se hace un tatuaje envían la señal de dolor al cerebro”, explica la profesora.
Sin embargo, la reacción que tenga una persona al proceso de hacerse un tatuaje no necesariamente puede compararse con el de otra.
“El umbral de tolerancia al dolor es completamente diferente de una persona a otra”, añade.