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Altice

Por Luis Céspedes Peña

A partir del 2008, el mundo vive de crisis en crisis, llevando a la quiebra a millares de grandes, medianas y pequeñas industrias, así como a productores agropecuarios, empresas de manufacturas u otros negocios, aunque hay que reconocer que a nivel internacional hay mandatarios que manejan mal los problemas de sus Estados.

La República Dominicana, como casi siempre sabe hacerlo cuando tiene algún tipo de crisis económica o social, fue una de las pocas naciones del mundo que en medio de esa situación se mantuvo en crecimiento, manejada como un maestro por el entonces Presidente Leonel Fernández, quien contó con un equipo de personas que lo dio todo para lograr que los habitantes del país, disfrutaran de la necesaria estabilidad emocional.

Esa estabilidad fue continuada por otro Presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, quien concluyó su gobierno en el 2020 como uno de los gobernantes del mundo mejores valorados. Manejó la crisis de la pandemia del coronavirus muy bien, manteniendo equilibrados los precios de todos los productos, como consecuencia de su apoyo a la producción, especialmente la agro-industria y el sector manufacturero.

También, manteniendo una serie de programas sociales que impidieron que la gente se desesperara por la crisis del coronavirus. Y También mantuvo empleadas en el gobierno a personas de diferentes creencias políticas.  Hoy, el país dirigido por el Presidente Luis Abinader, está obligado a lograr un rápido cambio de sus políticas públicas.

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Los precios de todos los productos se dispararon hasta un 100 por ciento. Estamos al borde de un estallido social, que sería lo peor para el país. La poblada, como se le llamó a los gravísimos acontecimientos de 1984, durante el gobierno del doctor Salvador Jorge Blanco, fue causada por los altos precios de los productos de consumo masivo, como los combustibles, el arroz, la carne, las habichuelas, el gas propano, el azúcar y otros. ¡A pesar de que todavía estábamos en Semana Santa!

 Otras protestas gravísimas que sacudieron el país, ocurrieron durante el gobierno del Presidente Hipólito Mejía, causadas también por los altos precios y la extensa escasez de productos, incluyendo la sal en grano, los plátanos, la carne de pollo, res, cerdo y otros.

El presidente Abinader debe disponer importaciones de  alimentos para compensar la escasez y disminuir los altos precios, como la carne de pollo, que la libra cuesta entre 70 y 80 pesos, nunca ocurrido en la historia del país. Igual ocurre con los huevos que muchos negocios los venden entre 10  y 11 pesos la unidad.  

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¡La especulación está en su pleno apogeo! Esas importaciones, que deben ser realizadas de urgencia, deben ir acompañadas de masivos recursos destinados al campo, con la finalidad de aumentar rápidamente la producción y la calidad de los alimentos, especialmente de productos de ciclo corto, como la batata, las habichuelas, hortalizas, la crianza de pollos u otros.

El gobierno ya debe parar o controlar las inversiones en el sector turismo, para destinar ese dinero a la producción de alimentos, de manera especial, u otros sectores que hagan crecer el empleo. Se está hablando mucho y los resultados no son los esperados. ¡Mantener la actual situación, no favorece al gobierno!

El país es hoy una especie de tanque de gas licuado en mala condición. Vivimos en una nación que da la impresión de que el Presidente Luis Abinader está gobernando solo, con poca ayuda de la mayoría de sus multimillonarios funcionarios.  Seguimos creyendo que el jefe de Estado tiene buenas intenciones para su pueblo. ¡Sólo que hay que hacer las debidas correcciones y pronto!

¡Gracias por leernos!

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