Aproximadamente un 20% de las mujeres opta por los anticonceptivos orales. A pesar de que cada vez son menos los efectos adversos de estos fármacos, pueden dañar las encías. Por eso, es conveniente tener en cuenta una serie de pautas para que estas pastillas no dañen nuestra salud bucodental.
Los anticonceptivos orales son fármacos muy usados actualmente, siendo considerados como el segundo método anticonceptivo más habitual en las mujeres en España. Se estima que aproximadamente el 20% de las mujeres elige esta opción como método para impedir el embarazo.
Los anticonceptivos hormonales orales generalmente están compuestos por estrógenos y progestinas, dos hormonas que la mujer segrega de forma natural, pero que se incorporan dentro de estos fármacos con una composición diferente. De esta forma, provoca que los ovarios no liberen el óvulo en cada ciclo menstrual, lo que impide la fecundación y le otorga su efecto anticonceptivo.
Si durante años se han mantenido como uno de los métodos anticonceptivos más empleados por las mujeres es debido a su alta efectividad (en torno al 98%), comodidad (implica tomar una pastilla), reversibilidad (basta con dejar de tomarlo para poder concebir) y porque durante años se han usado para estabilizar los niveles hormonales durante el ciclo menstrual de muchas adolescentes y mujeres que lo tenían alterado.
La evolución de la farmacología ha permitido minimizar los efectos adversos y las contraindicaciones de los anticonceptivos de uso oral, pero como cualquier medicamento los sigue teniendo, lo que hace que deba ser elegido cuidadosamente por nuestro médico especialista.
Al estar compuestos por hormonas sintéticas similares a los estrógenos y a la progesterona, en presencia de placa bacteriana se asocian con un aumento de la inflamación de las encías, similar a la que ocurre durante el embarazo, aunque es menos intensa. Por este motivo, para controlar esta inflamación es fundamental tener una buena higiene oral. sin embargo, puede mantenerse durante periodos de tiempo prolongados, por lo que es posible que conduzca a daños irreversibles en los tejidos que rodean y sujetan los dientes.
¿Cómo afectan a la salud de mi boca?
El efecto indeseado que más frecuentemente se asocia con el consumo de estos fármacos es la inflamación de encías, algo muy habitual que también ocurre durante el embarazo o el síndrome premenstrual y que se manifiesta mediante la hinchazón y el enrojecimiento de las encías y que provoca sangrado durante el cepillado. La inflamación asociada a los anticonceptivos orales se debe a las alteraciones en los vasos sanguíneos y en la respuesta inflamatoria, de tal forma que las encías se vuelven más susceptibles a la presencia de placa bacteriana.
En la actualidad, se han reducido significativamente las dosis hormonales de los anticonceptivos orales, por lo que se manifiestan menos gingivitis asociadas. Además, el consumo de anticonceptivos hormonales orales también puede causar cambios en la composición de las bacterias orales.
Puede experimentarse también un incremento de la frecuencia con la que puede surgir una infección tras una extracción dentaria o alveolitis postextracción. Si te van a extraer un diente, podrías estar en riesgo de una dolorosa complicación llamada alveolitis seca. Según la revista Journal of the American Dental Association, las mujeres que toman anticonceptivos orales tienen casi el doble de probabilidades de padecer alveolitis seca en comparación con aquellas que no los toman.
En caso de infecciones bucodentales, es posible que tu dentista te prescriba algún antibiótico. Se debe tener en cuenta que el empleo de estos fármacos puede alterar el grado de eficacia de este método anticonceptivo, por lo que se aconseja adoptar en esta situación alguna otra medida anticonceptiva adicional.
¿Qué puedo hacer?
Es recomendable que las mujeres que tomen anticonceptivos orales controlen la salud de sus encías con su dentista general o periodoncista. De este modo, podrán prevenir la inflamación gingival de una manera eficaz en una fase totalmente reversible y sin consecuencias significativas. Este control gingival también evitará la cronificación de esta inflamación, que podría llegar a producir cambios irreversibles en la encía y el hueso que soporta a los dientes.
El dentista o periodoncista tratará esta situación mediante la instauración de una adecuada higiene y, si fuera preciso, con una profilaxis o limpieza de boca profesional realizada en la consulta dental. Esta vigilancia y cuidados adicionales es aconsejable que se mantengan durante todo el tiempo que se esté bajo tratamiento con anticonceptivos hormonales.
Y, como no, es fundamental mantener una dieta equilibrada y una buena higiene bucodental para evitar que se inflamen las encías. Es conveniente cepillarse los dientes 3 veces al día con una buena técnica de cepillado y utilizar colutorio. Si se es fumador, sería importante dejarlo. Acudiendo al dentista a tiempo se evita que las infecciones se agraven y se logra ponerles fin con tratamientos menos invasivos.