Circulan algunos mitos con respecto a los anticonceptivos hormonales, por ejemplo, que engordan o que después de tomarlos cuesta más quedarse embarazada. Pero como tantos otros fármacos también producen algunos efectos secundarios, entre ellos inflamación de las encías en el caso de la píldora o la pérdida de pelo con determinados tipos de anticonceptivos hormonales combinados, es decir, los que contienen progesterona y estrógeno.
Si bien la mayoría de los pacientes que utilizan anticonceptivos hormonales no presentan pérdida de pelo, ya que es un efecto secundario poco frecuente de este tipo de concreto de anticonceptivos, en el caso de afectar se trataría de una alopecia de tipo androgénica o androgenética, según Ana Castillo Martín, ginecóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
La doctora explica qué ingredientes del anticonceptivo pueden provocar pérdida de cabello exactamente: “Existen diferentes derivados de la progesterona en el mercado, y pueden tener una acción distinta, proandrogénica o antiandrogénica. Estos últimos son los que tendrían más riesgo de asociar alopecia de tipo androgénica, por ejemplo, el Levonorgestrel”.
Es más, la dermatóloga Gloria Garnacho, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) indica que estos anticonceptivos “que tienen un progestágeno no antiandrógeno pueden ocasionar un empeoramiento de aquella patología mediada por andrógeno, como por ejemplo el acné, la seborrea, el hirsutismo o la alopecia androgénica”.
Como no todos los anticonceptivos van bien para el cabello ni el acné, la dermatóloga resalta la importancia de que cuando se prescriban anticonceptivos se tengan en cuenta el resto de patologías de la paciente. “Quizá habría que elegir anticonceptivos que lleven antiandrógeno de tipo dienogest o drospirenona, y evitar aquellos que no tengan un perfil antiandrógeno”.
Pero que el anticonceptivo contenga esta forma de hormona no significa que sí o sí la mujer vaya a padecer alopecia, aclara Castillo, porque esto también “depende de las características propias de cada paciente y de su predisposición a presentar alopecia. Por tanto, un anticonceptivo combinado con un gestágeno proandrogénico no tiene por qué producir pérdida de cabello. De hecho, se describe como un efecto adverso poco frecuente”.
Cuando una mujer llega a la consulta con este problema, en primer lugar los ginecólogos harían pruebas para descartar otra causa distinta a la producida por los anticonceptivos. También “se podría ofrecer a la paciente suspender dicho anticonceptivo o pautar uno distinto con perfil antiandrogénico. En cualquier caso, se recomendaría la valoración por un dermatólogo especialista en dicha patología para descartar otra etiología”, comenta Castillo.
No obstante, la doctora Garnacho recuerda que “la mayoría de los medicamentos, ya no solo anticonceptivos, sino también antibióticos, pueden ocasionar alteración en el ciclo folicular y por lo tanto, caída de cabello”, aunque no es una alopecia androgénica, sino otra que se llama efluvio telogénico agudo que, normalmente, “se corrige en un período de 2-3 meses aproximadamente”. Se reconoce porque es una “caída del cabello difusa, que produce una disminución del volumen global del pelo”.
Independientemente de si se toman anticonceptivos hormonales o no, la alopecia androgénica es la causa más común de pérdida de pelo en las mujeres, y es un motivo de consulta cada vez más frecuente, que puede afectar al 25% de las mujeres a lo largo de su vida, según el dermatólogo Ricardo Ruiz, director de la Clínica Dermatológica Internacional. Se produce por la sensibilidad del folículo a las hormonas masculinas. Una mujer notará que sufre alopecia androgenética porque el pelo se debilita, se vuelve más fino y con menos brillo, el folículo o pelo adelgaza y con el tiempo se cae. “Se produce una pérdida de densidad sobre todo en la zona frontal”, aclara Garnacho.
Existen muy diversos tratamientos para combatir la alopecia androgénica femenina, como la aplicación o ingesta de fármacos o las inyecciones de plasma rico en plaquetas, como explica Ruiz, quien recomienda consultar el problema con un dermatólogo especializado en afecciones del cuero cabelludo (tricólogo) para realizar un buen diagnóstico.