Ferrari vuelve a ganar 9 años después, Sainz KO por el ‘Tuercas’ de turno
Charles Leclerc ha logrado una memorable victoria, la segunda seguida, en el Gran Premio de Italia, haciendo explotar de emoción a Monza que no veía una victoria roja desde la de Alonso en 2010. De un plumazo ha terminado con la mala racha, ha pasado a Vettel en la clasificación y ha jubilado al alemán como líder de Ferrari en otra tarde aciaga para el alemán con su enésimo error no forzado.
Y además lo hizo a lo grande, luchando y derrotando en pista a los dos Mercedes y en especial a Hamilton, que atacó en oleadas más de media carrera, pero no pudo encontrar un milímetro por donde meterle mano a la nueva estrella de Maranello que forzó al inglés a un error cuando fundió sus neumáticos por el fragor de la batalla. Leclerc sacó todo lo que tenía, le sacaron tarjeta amarilla por alguna defensa al límite, también tuvo su error que puso en vilo a los ‘tifosi’ pero puso sobre la mesa lo que se exige a cualquier piloto de Ferrari: talento, sí, pero también corazón. Los tremendos alaridos en la radio, contenidos desde Spa donde no pudo celebrar por respeto, eran la mejor definición de lo importante, e histórica, que es esta victoria. Hasta Toto Wolff no tuvo por menos que aplaudir el himno italiano.
En la salida Leclerc resistió a duras penas el ataque de Hamilton y Bottas, casi emparejado con el primero pero definió con tiralíneas la trazada y pudo mantener la plaza. No lo hizo Vettel, superado por Hulkenberg o Carlos, extraño, con Stroll, que le quitó la séptima plaza. El alemán se la devolvió al de Renault pronto, pero no así el español que, eso sí defendió como un titán el octavo puesto con el velocísimo Albon, que se salió fuera en Lesmo 1 tras tocarse ambos. Detrás, Verstappen que ya salía último, entró en pit al tocarse en la salida, dejando muy en el aire su ya tocada carrera.
El siguiente susto fue de Vettel en la vuelta 7, que volvió a hacer su clásico trompo en Ascari, en solitario, el enésimo y además en la arrancada se llevó puesto a Stroll y éste a Gasly en la suya. Un desastre. “Es un idiota”, dijo Stroll en la radio. Sainz pasó por suerte y heredaba la sexta plaza y Vettel tenía que entrar a cambiar el alerón delantero llevándose de sanción 10 segundos de ‘stop and go’, sanción dura y merecida de más de medio minuto contando toda la maniobra. Un palo. Otro más regresando último a la carrera.
Era el primer tercio de carrera y Charles llevaba él solito la bandera de Ferrari, con Hamilton a 1.3 segundos y Bottas a tres, con opciones de doble estrategia para atacar el liderato. “Charles, pasamos al Plan B”, le decían por la radio al líder de la carrera. Mercedes movió ficha y metió a Hamilton en la vuelta 20 para intentar el ‘undercut’, mientras Sainz aguantaba sexto sin poder acercarse a los dos Renault, estupendos en Monza de forma inesperada, pero con menos apoyo aerodinámico al perder alguna pieza en su batalla con Albon, que le recortaba por detrás, aunque le caían 5 segundos de sanción por cortar la pista y salir con ventaja.
En la vuelta siguiente paraba Leclerc, aún más rápido, 2.3 segundos contra los 2.6 de Hamilton y regresaba de nuevo primero a la carrera, por los pelos, pero delante con gomas duras respecto a las medias de Lewis. Le pedían por radio al campeón que atacara precisamente en ese momento teniendo esa ventaja temporal y el DRS y llegó el esperado duelo entre los dos en la vuelta 23. Leclerc defendió al milímetro el ataque de Lewis, le arrinconó lo justo, el Mercedes pisó la hierba y se salió en la segunda variante. Le valió un aviso, tarjeta amarilla al 16, pero Monza pegaba tantos botes que temblaba la sala de prensa. marca.com