De todos los partidos que se avecinan con vital importancia en el mejor baloncesto del mundo, ninguno como el que sostendrán mañana los Lakers de Los Ángeles y los Warriors de Golden State en el “mini-torneo”, el nuevo sistema de la NBA que pone a competir a ocho equipos por los dos últimos puestos clasificatorios hacia la postemporada.
Se mencionan los equipos, pero hay algo más: otro enfrentamiento que envuelve a LeBron James y a Stephen Curry, los oriundos de la misma ciudad de Akron, en Ohio, protagonistas de lujo en los últimos años de la liga.
James, el rey del negocio, sin dudas el máximo representante de su clase, metido de lleno en la discusión por el mejor de todos los tiempos. Curry, el defensa tirador que recibe créditos por haber cambiado el juego con sus tiros de tres, accionar en la que nadie contradice que es el número uno en la historia.
Ambos poseen lo que cualquiera quisiera: premios al Jugador Más Valioso, visitas al Juego de Estrellas y, por supuesto, anillos de campeonatos. Esos choques entre Cleveland y Golden State tienen sello indeleble.
Ahora vuelven a medirse en un turno importante. El ganador del partido de mañana se queda con el séptimo puesto, que transitoriamente es propiedad de los Lakers, la escuadra dueña de casa. El perdedor tendrá una última oportunidad de clasificar, ya que deberá enfrentarse al ganador del juego entre los ocupantes de los escaños nueve y 10. El vencedor avanzará en el octavo y último turno disponible para el baile por la corona.
Hoy, Charlotte visita a Indiana y Washington a Boston. Igual mañana, San Antonio estará en Memphis, Pero, el que mayor atención concitará será el de los Lakers y los Warriors; el de LeBron, de 36 años, y Curry, de 33.
James ha enfrentado problemas de lesiones en esta contienda. Curry ha montado un señor espectáculo, especialmente con el bombardeo de tres que a muchos cautiva.
Logró su segundo título de anotación y es mencionado como fuerte candidato para el premio al Jugador Más Valioso. De hecho, tiene el apoyo del mismo LeBron para este lauro.
Está por verse si ese respaldo público de James busca inyectarle presión a Curry. Fuera de las conjeturas, está la certeza de verlos como rivales en un partido con mucho en juego. La historia persigue a los grandes y suele reunirlos en tramos capitales de las mejores obras que se pongan en pantalla.