Las elecciones en Bolivia se celebraron sin incidentes destacados, con alta asistencia de la población y gran presencia de efectivos militares y policiales en las calles. Hubo largas filas ante los centros electorales porque las medidas de bioseguridad por la covid-19 hicieron más lento el procedimiento de votación. Contra lo que se temía, los ciudadanos que habían sido nominados como jurados electorales asistieron y permanecieron a lado de las urnas las nueve horas que estuvieron abiertas.
Los resultados oficiales de la votación no se conocerán este domingo. Se espera que el conteo termine el lunes, pero puede durar hasta el martes e incluso más. La única referencia sobre lo ocurrido en la jornada provendrá de los sondeos privados que se darán a conocer en los principales medios de comunicación. Estos sondeos se conocerán en unas horas.
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, sin embargo, ha cuestionado los motivos por los que no se han publicado encuestas a pie de urna tras el cierre de las mesas electorales. “Están escondiendo el gran triunfo del pueblo representado por el MAS [Movimiento al Socialismo]”, escribió en su cuenta de Twitter. “Resulta muy extraño y preocupante que, a casi una hora del tiempo permitido para la publicación de los datos de los resultados en boca de urna, las empresas no lo hagan. ¿Por qué el retraso? ¿Qué se quiere esconder?”, agregó el exmandatario.
“Queremos destacar la tranquilidad de la ciudadanía. Los ciudadanos tuvieron paciencia, porque la jornada ha tenido características singulares por la necesidad que tuvimos de adaptarnos a los retos del coronavirus. La votación ha sido más lenta, pero ha fluido. Nuestro balance es satisfactorio” resumió Salvador Romero, presidente del Tribunal Supremo Electoral.
Pese a la división de los horarios de votación para evitar aglomeraciones, las escuelas en las que se colocaron las urnas estuvieron colmadas de gente. En Bolivia el voto es obligatorio y el índice de ausentismo resulta tradicionalmente muy bajo (entre el 10 y el 15%). Se suponía que esta vez, por la pandemia, habría menos participación de las clases medias que de las clases bajas, lo que podría favorecer a Luis Arce, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales. Es probable que este pronóstico se revele equivocado. En la última semana, las autoridades del Gobierno interino y los candidatos contrarios al MAS pidieron intensamente que la gente no dejase de votar.
Poco después de finalizada la votación, la presidenta interina Jeanine Áñez apareció en la televisión, con los ministros de Defensa y Gobierno (Interior) y los comandantes de la Policía y las Fuerzas Armadas a sus espaldas. Agradeció a la población por la tranquilidad en el día de la votación y recordó que en los resultados se conocerán en unos días. Por eso pidió tres cosas concretas: paciencia, cumplir la ley y “recordar que, antes que cualquier cosa, somos bolivianos, más allá de nuestras diferencias”.
La noche previa a la votación, grandes contingentes de policías, soldados y vehículos militares patrullaron las calles de las principales ciudades de Bolivia. Las escuelas en las que se votó también estuvieron fuertemente custodiadas. El viceministro de Seguridad, Wilson Santa María, publicó en las redes sociales fotografías de las tropas con la frase “Los estamos cuidando”. La cantidad exacta de efectivos movilizados se conserva como “secreto de Estado”.
“Nosotros no tomamos el poder por la vía armada. Tomamos el poder por la vía democrática, entendemos que es la forma de hacerlo”, dijo el candidato Arce tras depositar su voto. “Quiero pedirles que no caigamos en ningún tipo de provocación. La gran lección que nunca debemos olvidar es que la violencia solo genera violencia y que con ella perdemos todos”, señaló por su parte Evo Morales desde Buenos Aires, donde está refugiado desde diciembre pasado. El expresidente también se refirió a los rumores sobre su inminente retorno a Bolivia, que sus adversarios hicieron circular en los últimos días con el objetivo de atemorizar a los votantes urbanos que rechazan su figura. “Ante tanto rumor sobre lo que haré, quiero decirles que la prioridad es exclusivamente la recuperación de la democracia”.
Uno de los incidentes más destacados ha sido el que ha sufrido la presidenta del senado de Bolivia, Eva Copa, que fue increpada e insultada cuando se dirigía al colegio electoral de la ciudad El Alto. Copa forma parte de las filas del partido Movimiento Al Socialismo (MAS), al que las encuestas han estado apuntando como ganador durante la campaña electoral.
Hasta ahora, el principal problema de esta elección ha sido la suspensión del sistema de transmisión rápida de resultados preliminares, que debía permitir que se supiese en pocas horas quien ganó las elecciones. El Tribunal Electoral decidió esta suspensión este sábado, luego de que fracasara una prueba de la seguridad del sistema que había montado. Era un sistema nuevo, pues el anterior había sido cuestionado como uno de los mecanismos de fraude en las elecciones que fueron anuladas, por esta razón, hace un año. Entonces, el Gobierno de Morales insistió en que el mecanismo de conteo rápido no era legalmente vinculante y que, por tanto, no podían considerarse sus deficiencias como pruebas de un fraude. Ahora, los voceros del MAS afirman que la anulación de este mecanismo en estas elecciones les ha dado la razón: el único conteo con valor legal es el físico, que en 2019 fue menos cuestionado que el otro, aunque también se lo consideró fraudulento.
Este conteo de las actas de votación dura normalmente varios días. Mientras el proceso no concluya, no se dispondrá más que de los datos de las encuestas, que suelen ser imprecisos en un país con un territorio extenso y muchas poblaciones rurales de difícil acceso. Algunos analistas temen que la carencia prolongada de información dé lugar a especulaciones y sabotajes. La población se halla fuertemente polarizada entre quienes desean el retorno del MAS al poder y quienes rechazan esta posibilidad apasionadamente.
Tanto el MAS como el candidato Luis Fernando Camacho criticaron fuertemente al Tribunal Electoral por su incapacidad para organizar un sistema de conteo rápido. “Tenemos nuestro propio sistema de control electoral”, advirtió Evo Morales. “No podemos creer nada de lo que hacen”, lamentó Camacho luego de votar en Santa Cruz de la Sierra, capital de la región que definirá estas elecciones. Si Camacho obtiene un gran apoyo en Santa Cruz, se complicará la posibilidad de que el segundo en las encuestas, el expresidente Carlos Mesa, se acerque al favorito Arce lo suficiente como para que sea necesario un balotaje, que, según las encuestas, conduciría a Mesa a la presidencia. Para ganar directamente en primera vuelta, Arce requiere el 40% de los votos y una ventaja de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo.