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Por Luis Estrella

Altice

Los estoicos, los hinduistas, los budistas, los cristianos consideran la solidaridad como una de las virtudes más nobles que puede realizar un ser humano.

Jesús murió en la cruz por solidaridad, aunque algunos de sus más cercanos colaboradores lo negaron, otros lo traicionaron y muchos lo ignoraron. A veces la gente se queja por la ingratitud humana, pero Jesús nunca lo hizo, aun cuando de 10 leprosos que sanó, sólo uno se devolvió a darle las gracias. No crean que es poco, es un 10%, lo cual es un buen porcentaje, todavía en la era moderna para los que albergan el sentimiento de gratitud.

Hay un relato que me encanta sobre Jesús y la ingratitud. Ocurrió cuando Jesús predicaba acompañado de sus discípulos, se le acercó un joven quejándose e insultándole porque antes era paralítico y Jesús lo había sanado. Decía el joven furioso, que antes se ganada la vida pidiendo limosna, pero ahora tenía que trabajar porque no tenía excusa para no hacerlo.

Jesús sorprendido sigue su camino y se encuentra con un señor que le vocifera improperios por haberlo sanado de su ceguera, aduciendo que antes vivía tranquilo, pero ahora la lujuria lo estaba matando al ver tantas mujeres hermosas.

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Jesús sólo lo escucha y sigue su camino y un poco más adelante se encuentra con una persona que está a punto de ahorcarse, de inmediato le pregunta que porque hace eso. El hombre le dice que él es el culpable, porque lo resucitó y estaba tranquilo, mientras que ahora volvió a su vida de amargura, sufrimientos y depresión.

Este relato nos enseña el nivel de ingratitud del ser humano, pero eso jamás hizo que Jesús no continuara con su obra altruista, de ayudar y ser solidario. Por eso decía, que lo que haga tu mano derecha que no lo sepa la izquierda. Ayuda y no mires a quien, hay que ser solidario sin importar que agradezcan o no, ya que lo importante es la actitud. Jesús nos enseñó que hay que ser solidario sin esperar nada a cambio.

Sócrates y Séneca murieron envenenados por solidaridad y lo hicieron con dignidad, sin arrepentimiento por haber actuado con esa virtud en la vida. Norman Bethune, un médico canadiense murió en Vietnam como voluntario por ayudar los enfermos. Nguyen Van Troi, un electricista vietnamita murió fusilado, por ser solidario con sus compañeros de profesión.

Y así nos encontraremos con miles de ejemplo de personas solidarias, porque eso es lo que le da sentido a la vida, el ayudar al que lo necesita, el de contribuir a que personas eleven su calidad de vida. No hacerlo porque has tenido experiencias negativas de ingratitud, es abandonar el sentimiento virtuoso.

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En principio es un poco difícil, sufres decepciones y hasta melancolía, pero con el tiempo aprendes que así es la naturaleza humana y ya esas cosas no te afectan, todo lo contrario, te estimulan a seguir, porque tienes más consciencia y sabes que no debes esperar resultados.

Jesús nos enseñó a dar sin esperar nada a cambio, Buda nos dejó el legado, de abandonar su reinado para dedicarse a ser solidario, los miles de voluntarios que van a África, sólo para ayudar los niños de esas comunidades muy pobres son un gran ejemplo de amor solidario.

En la vida me he propuesto cada día ser un poquito más solidario, eso es lo que le da sentido a mi vida. Y la solidaridad no es sólo dar algo material, sino también, contribuir con ideas para elevar la consciencia de quienes por carecer de ella viven en la esclavitud mental.

VAMOS A SER MÁS SOLIDARIOS PARA TENER UN MEJOR 2023.

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