El 1 de enero de 1983, el avión comercial más vanguardista de todos los tiempos marcó un récord histórico: aquel día, el Concorde despegó de Londres y aterrizó en Nueva York sólo dos horas y 56 minutos después.
Hoy, aquella hazaña lograda por la famosa aeronave del siglo XX aún resulta futurista. Desarrollada conjuntamente por Inglaterra y Francia, operó entre 1976 y 2003, pero todos los sueños que trajo consigo su progreso, se tornaron trágicos en julio del 2000, cuando el avanzado superjet se estrelló después de despegar en París y se cobró la vida de 100 pasajeros y nueve tripulantes.
El Concorde fue retirado del mercado y se convirtió en uno de los fracasos comerciales más fulminantes del siglo XXI. Regresaron los vuelos transoceánicos interminables, y la posibilidad de realizar ese trayecto en pocas horas fue considerada, por muchos, una aventura majadera e insensata que desafiaba las leyes de la naturaleza.
Aunque el concorde quedó atrás como una ensoñación del pasado, distintas empresas del mundo de la aviación se negaron a dejarlo ir. Sus cenizas despertaron la inquietud de gigantes como Boeing o Lockheed Martin, y de start-ups de EEUU, que trabajaron durante este tiempo en distintos proyectos que buscan resucitar la aeronave supersónica, esta vez, con los avances de la era moderna. Y una de las iniciativas más prometedoras, es la desarrollada por Boom Technology.
Con capacidad para 55 pasajeros, un alcance de 8.300 kilómetros, y a más del doble de la velocidad del sonido, la aeronave de Boom Technology, llamada Overture, promete completar un vuelo transoceánico en 195 minutos con cero emisiones de carbono.¿Cómo? Mediante la alianza con Prometheus Fuels, una startup que asegura poder fabricar combustible de avión con el dióxido de carbono que ya existe en la atmósfera.
“Un vuelo de nuestro avión alimentado por el combustible de aviones de Prometheus tendría una huella de carbono cero, porque todo el dióxido de carbono (CO2) emitido por los motores ha sido originado en la atmósfera”, aclaró el CEO de Boom Supersonic, Blake Scholl, en una entrevista con el diario español El País.
Aunque resulte difícil de creer, fabricar combustible a partir de CO2 es posible, pero hasta ahora el costo de este proceso era muy elevado. Gracias al abaratamiento de las energías renovables, y a una membrana fabricada por el CEO de Prometheus, Rob McGinnis, el precio de su hidrocarburo es similar al que procede del petróleo.
Primero, capturan el CO2 del aire con agua y después, transforman ese ácido en un alcohol usando electricidad. Para lograr esa electricidad que necesitan, hacen uso de energías renovables. Después, separan el alcohol del agua con la membrana de nanotubos desarrollada por McGinnis, capaz de destilar el alcohol con un consumo energético menor al de los procesos tradicionales, y que supone realmente su gran innovación.
Prestigiosas revistas como Science ya se han hecho eco del trabajo de Prometheus, y según un artículo publicado por Bloomberg, Boom Supersonic ya despertó el interés de dos aerolíneas: Japan Airlines, que realizó una inversión de “10 millones de dólares y quiere comprar 20 [aviones], y Virgin Atlantic Airways, que pidió 10 de estas aeronaves. Y según aseguró Blake Scholl, ya están “sacándolo al aire”, por lo que no tiene duda de que técnicamente es posible y que lo tendrán listo para finales del año 2020.
Fuente | Infobae