Alaska ha entrado en su temporada de noche polar, un fenómeno natural en el que el sol no se eleva por encima del horizonte durante semanas o incluso meses, afectando a las comunidades más cercanas al Círculo Polar Ártico. Desde mediados de noviembre, ciudades como Utqiaġvik (antes conocida como Barrow), situada en el extremo norte del estado, se encuentran en una oscuridad constante que durará hasta finales de enero.
La noche polar ocurre debido a la inclinación del eje de la Tierra, lo que provoca que, en las latitudes más altas, el sol no aparezca por encima del horizonte durante el invierno. En el caso de Utqiaġvik, este fenómeno comenzó alrededor del 18 de noviembre y se extenderá durante aproximadamente 65 días. Durante este tiempo, aunque el sol no sale, se puede observar un leve resplandor crepuscular durante algunas horas, dando lugar a un ambiente surrealista y misterioso.
Para los habitantes de las regiones afectadas, la adaptación a la noche polar es crucial. Las rutinas diarias cambian significativamente, y muchos se preparan mentalmente para enfrentar semanas sin luz solar. Algunos residentes recurren a terapias de luz artificial para compensar la falta de exposición al sol, que puede afectar su salud mental y física. La depresión estacional y la falta de vitamina D son problemas comunes en estas áreas durante este periodo.
“Es un desafío, pero también una parte de nuestra vida aquí”, comentó Anna, residente de Utqiaġvik. “Aprendemos a hacerle frente, a apreciar el breve resplandor del día, y a disfrutar de las tradiciones que solo ocurren durante la noche polar.”
La noche polar también atrae a turistas y fotógrafos de todo el mundo, quienes se aventuran al norte para presenciar este fenómeno único. Además, las largas noches ofrecen condiciones ideales para observar las auroras boreales, un espectáculo natural de luces que colorea el cielo con tonos verdes, púrpuras y rojos. “Ver las auroras en un entorno tan oscuro y continuo es una experiencia inolvidable”, comentó un visitante.
A pesar de su atractivo turístico, las autoridades locales piden a los visitantes que tomen precauciones adicionales debido al clima extremo. Las bajas temperaturas, combinadas con la falta de luz solar, pueden ser peligrosas si no se está adecuadamente preparado. Además, se han establecido guías y tours especializados para ayudar a los turistas a disfrutar de manera segura de esta experiencia única en Alaska.
El fin de la noche polar llegará a finales de enero, cuando el sol finalmente regrese al horizonte, trayendo con él los primeros rayos de luz después de meses de oscuridad. Para entonces, los habitantes de estas regiones ya habrán pasado por otro ciclo de adaptación y celebración, manteniendo viva una tradición que ha marcado su vida durante generaciones.