Valores sociales y religiosos impuestos durante décadas han hecho que la masturbación, tanto en hombres como en mujeres, haya sido un tema tabú. “Según el modelo tradicional eclesiástico, el sexo está vinculado a la reproducción y a establecer un vínculo con la pareja, por lo que el sexo en solitario es algo reprobable e inmoral vinculado a personas degeneradas, débiles y egoístas”, resalta Luis Guillén Plaza, psicólogo y sexólogo de Psicopartner. Todo ello ha desembocado a lo largo de los siglos en mitos sobre fertilidad, ceguera, etc.
El experto reconoce que la masturbación masculina se ha normalizado antes debido a que el rol de la mujer ha estado limitado al ámbito reproductivo, a la satisfacción del deseo masculino y de cuidado de la familia. “Se había invisibilizado el placer femenino, siendo la sexualidad de la mujer algo vicioso y pecaminoso”, afirma Guillén, quien añade que esta situación “ha llegado hasta nuestros días, donde podemos ver una aceptación cultural mucho más abierta de la masturbación masculina respecto a la femenina”.
Aparte de la influencia de la religión del modelo tradicional, el sexólogo alude a otro factor que contribuye a que la masturbación no sea bien vista: la baja educación sexual. “Esta falta de conocimiento ha promovido y lo sigue haciendo actitudes negativas hacia la masturbación femenina”, asegura. Asimismo, declara que otras variables que denotan la necesidad de una educación sexual son los altos índices de embarazos no planificados, especialmente en el caso de los adolescentes, que también se refleja en el auge de las infecciones de transmisión sexual.
A pesar de todo ello, “al mismo tiempo estamos viendo grandes avances en la sexualidad en todas las personas, independientemente del género e identidad sexual”, comenta. En este sentido, el psicólogo hace referencia a la concienciación social de igualdad en la pareja, “donde se busca que ambos géneros tengan los mismos derechos y responsabilidades sobre su propio cuerpo. Desde la dimensión sexual, supone que la persona es responsable de su propio placer y de vivir la sexualidad plenamente”. Esta revolución sexual busca transformar la posición pasiva de la mujer hacia un agente activo, “permitiendo explorar sus relaciones sexuales como ella quiera, a la vez que se responsabiliza de su propio placer y sus propios orgasmos”.
Beneficios físicos de la masturbación femenina
La masturbación femenina presenta numerosos beneficios físicos. “Es importante destacar que la experiencia de la masturbación es una vivencia subjetiva única para cada mujer y es diferente según el momento en que se experimente, por lo que no siempre se tendrán los mismos efectos”, recuerda Guillén. En concreto, detalla que la masturbación placentera produce una liberación de las hormonas dopamina, serotonina y oxitocina, que influyen directamente en estados de ánimo positivos.
Además de estos cambios neurofisiológicos, el especialista señala otros beneficios físicos:
- Liberación de tensión y reducción de estrés y ansiedad.
- Alivio del dolor menstrual, así como la reducción del dolor corporal debido a la liberación de hormonas con funciones ansiolíticas y analgésicas.
- Relajación muscular y fortalecimiento del suelo pélvico.
- Mayor lívido o deseo sexual.
- Inducción del sueño, teniendo un efecto relajante debido a la liberación de estrógenos durante el acto sexual.
Beneficios psicológicos de la masturbación femenina
El mejor conocimiento del propio cuerpo es uno de los grandes beneficios que apunta Guillén. “Esto se debe a que se explora su propio cuerpo, según las preferencias personales. Se llega a producir un conocimiento de la propia estimulación sexual, un autoconocimiento de la respuesta sexual y de los puntos erógenos que incrementa la sensación de placer y satisfacción en las relaciones”, explica Guillén, que señala otras ventajas de la masturbación a nivel psicológico:
- Mejora de la autoestima y confianza, fortaleciendo la conexión emocional y física con una misma.
- Reducción del estrés y de la ansiedad (debido a una inducción de la relajación), lo que está relacionado con un aumento del bienestar y de la felicidad, así como con una mejora del estado de ánimo.
- Aumento de la capacidad de concentración.