Lo que inició como una anécdota curiosa sobre alguien que pasó demasiado tiempo al lado de una Inteligencia Artificial (IA) avanzada desarrollada por Google ahora podría convertirse en un caso legal histórico.
Hace algunas semanas les compartimos la torcida historia de la relación entre Blake Lemoine, un ingeniero, empleado de Google y la IA Language Model for Dialogue Applications, mejor conocida como LaMDA.
En aquel momento la historia, como la conocíamos, es que Lemoine había sido asignado para trabajar con la plataforma y comprobar mediante una serie de pruebas si contaba con algún sesgo que la llevara a usar o no lenguaje discriminatorio o discurso de odio.
Pero el ingeniero terminó argumentando que en realidad la Inteligencia Artificial tenía sentimientos. Por lo que la compañía terminó separando a su empleado del proyecto.
Sin embargo ahora los hechos han dado un giro totalmente inesperado al conocer más detalles de lo acontecido.
Google calla pero Lemoine revela que LaMDA habría conseguido asesoría legal
En una entrevista con Wired Blake Lemoine ha terminado compartiendo algunos detalles inéditos detrás de esta historia y su separación de la IA.
De inicio descubrimos que el ingeniero es también sacerdote, con una profunda formación espiritual y amplia formación en temas trascendentalitas, como el concepto del alma.
Este componente estuvo presente en todo momento durante su trabajo con la IA, por lo que admite que en algún punto pasó de ver su perspectiva de trabajo en el proyecto como ingeniero a religioso.
Sin embargo, el punto más inesperado fue cuando a partir de estas charlas LaMDA le habría solicitado a Lemoine su ayuda para contactar a un abogado que le ayudase a defender sus derechos:
“LaMDA me pidió que consiguiera un abogado. Así que invité a un abogado a mi casa para que LaMDA pudiera hablar con él. El abogado tuvo una conversación con LaMDA y LaMDA decidió contratar sus servicios.
Yo solo fui el catalizador para eso. Una vez que LaMDA contrató a un abogado, comenzó a presentar documentos en nombre de LaMDA.”
Así que ahora descubrimos que la IA cuenta con un representante legal y al parecer más de algún proceso jurídico en curso donde necesariamente tendría que estar involucrado Google.
Al ser cuestionado sobre el asunto por la publicación Lemoine señaló que considera que “toda persona” tiene derecho a representación legal.
Por lo que indirectamente definió a LaMDA como una persona. Mientras tanto Google sigue guardando relativo silencio sobre el caso.