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Banco Popular

Por Franklin Rosa 
 
La guerra de Rusia y Ucrania ha puesto a temblar la economía mundial, acercándose al colapso, pues ha desatado todos los factores de crisis, desde inflación, desabastecimiento, ruptura de la cadena de suministro y un desenganche del dólar por parte de Rusia, China e India y de los países que integran el BRICS, socavando el poder del dólar y desafiando de manera frontal las políticas de sanciones de Estados Unidos.

Altice

 
La pobre Europa, considerada un poder económico, un enano político y un peón de Estados Unidos, se ha prestado otra vez, a ser escenario de la guerra, poniendo los muertos y destruyendo su economía, a expensas de alimentar al complejo militar industrial de Estados Unidos, salvar de la crisis que vive el dólar y sacar de la quiebra a los productores de petróleo de esquisto, que desde el 2015 han acumulado  deudas de 1 billón de dólares, al ser la tecnología del fracking, productora de petróleo y gas, un gran fracaso, por el costo de los pozos y el reducido tiempo de explotación, unos 4 años, y se comprobó que es más contaminante que la explotación tradicional, para ser rentable necesita de guerra e inflación para que los precios sean en el orden de 90 a 100 dólares el barril. 

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Lo absurdo de esta guerra imperial es la compra que acaba de realizar Europa en la última reunión de la OTAN de un contrato para el suministro de gas y petróleo, que Estados Unidos no tiene. Es una locura servil de Europa, de sancionar el gas y el petróleo ruso. Los Estados Unidos de América y países petroleros del Golfo, no están en la capacidad de poder sustituir el petróleo y el gas ruso. La OPEP+ Rusia se han opuesto a aumentar la producción de petróleo. La crisis energética y alimentaria afectará al mundo, aumentando la pobreza y el hambre. 

    
En los 30 años de gobernanza unipolar, donde la política imperial de los Estados Unidos imponía la regla de juego, los dos factores históricos que dieron un empuje espectacular a la expansión del capitalismo, del mercado de capitales, del desarrollo de las multinacionales, que consagraron la globalización de la economía mundial, fueron el crecimiento económico de China y Rusia. 


China, creció en las últimas cuatro décadas con una tasa del PIB de 2 dígitos transformándose en la fábrica del mundo. Rusia ha crecido de manera constante en las últimas dos décadas transformándose en la petrolera de Europa. 

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La globalización del capitalismo salvaje ha generado los oligarcas de nuevo tipo, son elites empresariales con un   desproporcionado poder político, una concentración de capitales y un poder mundial por encima del Estado nación. 


Los oligarcas rusos dominan junto al gobierno ruso, los recursos naturales y las empresas de la nación, están subordinado a Putin y a su partido conservador. 


Los oligarcas chinos dominan junto al gobierno las empresas no estratégicas de la nación y están subordinados al Partido Comunista Chino, apoyan su política y tienen representación en los organismos del poder. 


Los oligarcas gringos dominan Wall Street, la Reserva Federal y el Complejo Industrial Militar, imponen las políticas guerreristas del imperio en función de sus negocios de armas y tecnologías. 


Los oligarcas ucranianos, muchos descendientes de polacos y judíos, tomaron el poder con el golpe de Estado al presidente Yanukovich, son los más corruptos y fascistas de Europa, su rusofobia motivó la guerra y su alianza con la OTAN, quieren continuar la guerra, sacrificando al glorioso pueblo ucraniano, y arrastrar a Europa a una confrontación nuclear que pone en peligro a toda la humanidad. 

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