La pequeña había sido operada a corazón abierto y, en el hospital, contrajo Covid-19
Para Emma y Wayne Bates, la llegada al mundo de la pequeña Erin fue algo casi milagroso. Es que este matrimonio de Manchester ya estaba resignado tras 10 años de búsqueda y varios embarazos frustrados.
Su nacimiento fue una mezcla de felicidad y desafío. Es que Erin pasó sus primeros 6 meses de vida de manera traumática debido a la gran cantidad de afecciones a las que se ha enfrentado. Nació con un problema cardíaco, por lo que debió ser operada a corazón abierto en diciembre del 2019.
La pequeña guerrera sobrellevó esa riesgosa cirugía, pero en abril de este año ella estaba internada en el Alder Hey Children’s Hospital, en Liverpool, con problemas en la tráquea. Tiempo después contrajo coronavirus.
La imagen que dio a conocer la familia para concientizar sobre la importancia del aislamiento.
Su padre, Wayne, cuenta que la beba se contagió en el centro de salud. “Estaba internada antes de contraer el virus, y creemos que, debido a que en un principio el distanciamiento social no era obligatorio, alguien trajo el virus al hospital y acabó infectándola”.
“Me molesta que las personas aún no se tomen la enfermedad con seriedad. Cuando nos enteramos del coronavirus, nosotros comenzamos a tener cuidado, mucho antes de que iniciara la cuarentena, ya que nuestra hija es susceptible”, afirmó.
Y siguió: “Ahora que estamos en cuarentena, las personas aún siguen sin respetar el espacio personal, tanto así que hace poco vi una foto tomada en una playa, en donde había las personas hacían fila para comprar helados, como si todo estuviera normal. Es preocupante que las personas no sean conscientes de la gravedad de la situación”, declaró el papá.
En enero de este año, Erin se infectó con el virus sincicial respiratorio (VSR), que le produjo bronquiolitis y neumonía, dos enfermedades muy graves para un bebé. La pequeña también sufrió de traqueomalacia y bronquiomalacia, por lo que fue necesario que use un respirador.
Finalmente, luego de tantos problemas, la niña pudo vencer al coronavirus. Los profesionales del Alder Hey Children’s Hospital en Liverpool despidieron entre aplausos a la pequeña, quien deberá seguir cuidándose en su vivienda.
Articulo publicado originalmente en el Clarin.