Tras ambas novenas dominar a plenitud un período de diecisiete años, iniciado en la estación 1992-93, la más abominable y deslucida serie final de la historia de la LIDOM (la del 2009, que inició con el famoso safe de Ron Belliard en el home, ante la ceguera del arbitro Mike Jarboe, quien estaba encima de la jugada), marcó el epílogo de casi dos décadas de rivalidad y triunfos de azules y amarillos.
Todavía a final de la primera década del siglo 21 Águilas Y Tigres disfrutaron de la bonanza de los tres grandes, que consistía en obtener el mejor material de jugadores jóvenes, sirviéndose los dos colosos y los Leones con la cuchara grande, al recibir los mejores peloteros de las organizaciones de Grandes Ligas, mientras Toros, Estrellas y Gigantes apenas recibían las migajas del talento de Ligas Menores.
No ha sido hasta años recientes que se ha visto el verdadero equilibrio de nuestra liga, incluso por única vez en la historia republicana de nuestro béisbol hemos tenido seis campeones diferentes en las últimas seis temporadas. Los Toros del Este tienen el privilegio de ser el único equipo pequeño o de expansión que ha podido ganar campeonatos a Licey y Águilas, y no solo eso, sino que iguala a los capitaleños en coronas (2) en esta década y supera a los cibaeños, quienes apenas han saboreado el néctar de la victoria una sola vez en la década del 2010.
El Glorioso apenas ha ganado dos de los últimos once campeonatos efectuados, siendo el tercer ciclo más extenso con solo dos títulos (dos en trece años desde 1986 a 1999, ganado dos veces en doce temporadas entre 1954 y 1969). Licey ha perdido tres de sus últimas cuatro series finales en las que han visto acción, cayendo vencidos en sus últimas dos confrontaciones de fondo (olvídense de que han participado en cuatro de las últimas cinco finales, en este negocio lo que importa es levantar la copa de campeones).
Solo dos veces los Tigres han fracasado en tres de cuatro finales. En el período actual (perdiendo de tres equipos diferentes, Leones, Águilas y Toros) y entre 2005 y 2008, obviamente frente a AC. Sin dudas que esta década de abstinencia azul no les ha permitido la fluidez sanguínea de años anteriores.
Lo de las Águilas ha sido inenarrable en los últimos once campeonatos. Apenas han podido ceñirse la corona en una ocasión, fallando en tres de sus últimas cuatro finales. Las derrotas del 2012, 2013 y 2017 significaron el segundo período más extenso sin levantar la copa (perdieron cuatro finales seguidas entre 1953 y 1964). Por segunda ocasión en su legendaria historia tuvieron que esperar diez campañas para celebrar un campeonato (entre 2008 y 2017).
Nunca habíamos tenido una década completa con solo tres campeonatos conquistados entre Tigres y Águilas (ganaron tres de siete campañas efectuadas en la década del 60, producto de los problemas sociales y políticos de la época, y cuatro si contabilizamos el torneo 1969-70), un indicio de que no se ha volado tan alto y de la poca gloria lograda en el último decenio.
En fin, las Águilas y Licey apenas alzaron la copa una vez entre 2010 y 2016, algo solo visto entre el verano de 1954 y el invierno de 1963-64, y sobretodo que los Gigantes, Toros y Estrellas han ganado más campeonatos en los últimos diez años (4) que los dos equipos más eminentes de la Cuenca del Caribe (3), los Tigres del Licey y las Águilas Cibaeñas.